Osasuna no compareció en el Santiago Bernabéu. No es que suspendiera o no, es que no estuvo. Es como cuando sabes que el examen no lo tienes preparado y decides no ir, que para perder el tiempo ya hay otras cosas. No dio ni para enfadarse por tener a un arbitro madrileño pitando en su ciudad. 

Arrasate trató de sorprender. Lo hizo los dos últimos años y había salido bien, ¿por qué no una tercera? Colocó a Rubén Peña para engañar a todos y que se colocase de carrilero zurdo y montar una defensa de cinco. Pero esta vez no salió bien. Ni estuvo cerca. Osasuna no tuvo esa agresividad necesaria para sacar algo de un campo como el Bernabéu. Fue algo que transcendió al planteamiento y al sistema. 

A Osasuna, en resumen, le faltó alma. Y eso es extraño. Perder en el Bernabéu, incluso salir goleado por acierto de Bellingham, Vinicius o alguno de estos jugadores caros, se puede considerar normal. Pero lo que no es lógico es que los rojillos se desfigurasen como lo hicieron. 

Mal. Y habrá quien diga que si Budimir hubiese marcado la que tuvo al filo del descanso con 1-0 el partido habría sido diferente. No sé, aún no se conocen los multiversos del fútbol, así que habrá que quedarse con lo que se vio (y se sufrió). Y menos mal que Sergio Herrera tuvo su momento y demostró que hasta en las goleadas consigue meterse en la cabeza de los jugadores del Real Madrid. Ahora que no está Benzemá, fue Joselu quien no pudo meterle un penalti al bueno de Herrera. En Madrid le están cogiendo tirria. Eso significa que está haciendo las cosas de la manera correcta.

En conclusión, que Osasuna hizo como el mal estudiante que se la juega a ver si suena la flauta. Obviamente prepararon el partido más que aquel que ni abre el libro, pero lo de hacer probaturas delante de gente que vale más dinero que todo el club rojillo no te va a salir bien siempre. 

No queda otra que intentar olvidar cuanto antes todo lo ocurrido en la Castellana para descansar, aprovechar el parón, y centrarse ya en el Granada, en un partido en el que los rojillos tienen que romper de una vez por todas la mala racha y dinámica en casa. Eso sí es preocupante, lo de Madrid, aunque escueza por la imagen dada, ya es pasado y puede ocurrir.