La historia entre Osasuna y Ramón Morales empieza en 1946, cuando su padre comenzó a llevarlo al Campo de San Juan: “Mi padre era socio y me llevaba algún día. Tenía 14 años y me imagino que cuando vio que me gustaba pues me hizo socio”, relata Morales.

77 años después, Ramón ha recibido un merecido reconocimiento por su fidelidad a los colores de Osasuna, que este martes celebra su 103º aniversario.

Lo ha hecho de la mano de Kosner, patrocinador oficial del conjunto rojillo para esta temporada, y del mítico capitán Patxi Puñal, que hizo entrega de una camiseta firmada por todos los jugadores del primer plantel a la persona que ostenta la mayor antigüedad como socio de Osasuna (El socio más antiguo del club es el Café Iruña), además de compartir con él unos minutos de cálida conversación: “Seguro que algo nos habrás animado, chillado y de todo”, le dijo en confianza el ex futbolista a Ramón.

Emoción en la grada

Como todos los adolescentes que han sido grandes seguidores del fútbol, Ramón Morales también tuvo una delantera que le marcó de por vida: “Un ataque que me entusiasmaba en mis tiempos era Echeverría, Iriguíbel y Martín. En aquella época era como la delantera hoy en día del Real Madrid o del Barcelona”, subraya Ramón. 

La pasada campaña fue una de las más exitosas en la historia del club. Un gol en la prórroga, en San Mamés, de Pablo Ibáñez les dio el pase a la final de la Copa del Rey disputada en La Cartuja ante el Real Madrid: “Cuando vi salir el balón de los pies de Moncayola y ver rematar a Ibáñez fue el último gran momento”, destaca Ramón sobre un partido histórico para la entidad rojilla.

Osasuna es un club especial con un sentimiento arraigado y profundo para aquellos que, como Ramón, lo sienten: “Es el equipo de mi tierra. Para mí, siempre ha sido una fe ciega esperando a que llegase el fin de semana para ver a mi equipo. Me cuesta explicar cuál es el sentimiento, pero sí puedo decir que lo llevo dentro y que no podría ser de otro equipo”. No obstante, en algunos momentos ha sufrido en exceso: “Hubo días, cuando estaba soltero, que dejé de cenar después de una derrota”. Una relación inquebrantable que le ha enseñado las dos caras de la moneda.

En torno a sus jugadores favoritos, no elige a uno por encima del resto pero sí destaca a varios: “Había jugadores como Guerrica, Amantegui o Fusté. Más adelante, Zaldúa, Gensana, Webó y Urban que me gustaban mucho”, concluye el homenajeado socio osasunista.