Osasuna no pudo regresar a la senda del triunfo en Cádiz, donde sumó un punto (1-1), y ya son seis las jornadas ligueras consecutivas en las que los rojillos no conocen la victoria, aunque tres de sus últimos cuatro compromisos han acabado en tablas. Como en choques precedentes, el conjunto navarro se volvió a mostrar como un equipo irregular y, en esta ocasión, rescató un punto en una buena segunda parte después de completar una primera muy deficiente. El bien y el mal. Jeckyll y Hyde.

La puesta en escena de Osasuna en el Nuevo Mirandilla fue mala y a los rojillos les superó un rival con una racha sin ganar todavía peor que la de los rojillos, ya que el Cádiz, con la de este pasado fin semana, acumula 12 jornadas sin catar un triunfo (sólo lleva dos en Liga), registro que empeora si se tiene en cuenta que pasó la primera ronda de la Copa superando al Badalona en los penaltis (2-4 después de empatar sin goles) y cayó en la siguiente contra la Arandina (2-1), ambos rivales de Segunda RFEF.

A Osasuna le faltó de todo en una primera parte que no gustó ni a técnico ni jugadores. Lo reconoció Arrasate en rueda de prensa al término del partido y le secundó Budimir en declaraciones a pie de campo para Movistar. Ambos destacaron que el Cádiz parecía más necesitado que Osasuna y que no podía ser, que el asunto se trató en el vestuario durante el descanso y que el equipo encajó bien la charla o la bronca (no ha trascendido lo que ocurrió y se dijo en el intermedio) para protagonizar una reacción que le permitió rescatar un punto.

Al Cádiz le bastó con muy poco para adelantarse en el marcador durante los primeros 45 minutos del partido, porque Osasuna tuvo problemas en la salida de balón, volvió a encajar un gol (obra de Roger a pase de Alejo tras un mal despeje de Juan Cruz) en un centro lateral (era el minuto 19 y el segundo lanzamiento entre palos del adversario) y apenas generó peligro en el área rival (lo más reseñable, un derechazo del Chimy desde la frontal que se marchó cerca del palo tras golpear antes en la espalda de Fali).

Cambió el panorama en la segunda mitad, en la que Arrasate sentó a Lucas Torró para dar entrada a Iker Muñoz, variación que dotó al conjunto navarro de una circulación de balón más fluida, lo que unido a una mayor intensidad desembocó en dos claras ocasiones que no acabaron en gol por las intervenciones de Conan Ledesma. El portero del Cádiz evitó primero el empate al despejar un remate de cabeza de Rubén García a centro del Chimy. Era el minuto 56 y uno después el cancerbero argentino volvió a lucirse, esta vez para despejar un remate del Chimy a pase de Rubén García, que intercambiaron roles. A la tercera no fue la vencida porque Iza Carcelén se interpuso entre Moi Gómez y la portería para desviar con el pecho un remate a bocajarro del rojillo y Osasuna sólo pudo empatar poco después con un polémico penalti (el árbitro, Martínez Munuera, lo pitó tras más de dos minutos de revisión) que Budimir no desaprovechó.

En definitiva, que Osasuna estuvo bien y mal. A ratos. Como en Villarreal, aunque en esta ocasión al revés. Si en La Cerámica se comportó como Jeckyll durante los primeros 55 minutos (aunque marrando claras oportunidades para marcar) y después se convirtió en Hyde para encajar una goleada en los tres únicos disparos a puerta del cuadro castellonense, este pasado domingo ocurrió al revés, siendo Hyde de salida y Jeckyll para terminar. Bipolaridad pura y dura que los rojillos quieren y deben corregir antes de recibir este viernes a las 21.00 horas al Rayo Vallecano en El Sadar, donde Osasuna sólo ha ganado un partido en lo que va de curso.