Parece que Osasuna tiene un idilio con el sufrimiento copero pero, casi siempre, bien resuelto. Como la temporada pasada en Tarragona, los rojillos sufrieron para clasificarse a octavos de final pero, en este caso, por la falta de efectividad para haber finiquitado el partido evitando el tiempo extra. 

Raúl García de Haro superó constantemente a la defensa rival, como Kike Barja, quien también estuvo bastante incisivo para generar desde banda izquierda. Pero ni de una manera ni de otra Osasuna conseguía marcar en alguna de las múltiples ocasiones que tuvieron en la primera parte. Si no era el palo, era el portero, o, incluso, un defensa. Pero no 

Pero, ya sea por bajón anímico o físico, al equipo de Arrasate se le fueron acabando las ideas que no reverdecían ni con los cambios. Mientras, el Castellón buscaba de manera más clara alargar un partido para intentar llevarlo a los penaltis. Aitor sufrió poco, la verdad, aunque alguna que otra intervención tuvo que tener. 

Y uno de los cambios de Arrasate, Arnaiz, fue el que abrió la lata de manera definitiva. El extremo ha mejorado sus prestaciones durante las últimas semanas de manera exponencial y en Copa fue fundamental para finiquitar el pase. Sería una gran noticia para lo que queda la temporada poder tener ese jugador que aporte algo de desequilibrio ya sea desde el banquillo o en el once titular. 

Eso sí, hubo que esperar ni más ni menos que 107 minutos. Y, después, aún hubo tiempo para ver otros dos palos rojillos.

Por eso las sensaciones de cara a la Supercopa no son tan malas como podían entenderse por el resultado. Osasuna dominó sin problema al, posiblemente, mejor equipo de Primera RFEF que podría jugar una categoría más arriba. Solo faltó meterlas. 

Y es algo que habrá que solucionar, sin duda, de cara al jueves, ya que contra el Barcelona no habrá tantas oportunidades y habrá que marcar las que se tengan. 

Pero, visto el nivel actual del rival, Osasuna se presentará en Arabia (de esto habrá que hablar también) sin ninguna presión pero con muchas cosas que ganar. La Supercopa puede ser un punto de inflexión para relanzar una temporada que no termina de arrancar. Y en esto sí que no va a haber prórroga.