Chute de osasunismo en vena. El plan de ampliación y remodelación de Tajonar se ve fantástico en la pantalla. Las modernas instalaciones no tendrán nada que envidiar a las de los más poderosos clubes del mundo. Cuarenta y dos años después de su apertura, el sueño de Fermín Ezcurra alcanza una nueva dimensión: una ciudad del fútbol de última generación. Un proyecto que más allá de lo expuesto supone asentar el futuro del club, la adquisición de un importante patrimonio, sostener la política de cantera como base de la filosofía deportiva, ofrecer comodidad y nuevos atractivos a socios y aficionados y revitalizar de cara al exterior una marca que desde hace décadas es referencia en infraestructuras y metodología para el fútbol base.

Los dirigentes calculan que las obras pueden estar acabadas en menos de tres años. Quizá para entonces Luis Sabalza no sea presidente; o sí, porque se presenta el próximo año a la reelección y vuelva a salir elegido, que no sería nada extraño. Pase lo que pase, el legado de Sabalza y de las gentes que han trabajado y trabajan con él será mayúsculo; reflotaron a un club que estuvo a un minuto de hundirse en Segunda B, el equipo volvió a Primera (categoría en la que conmemoró su centenario), jugó una final de Copa, la Supercopa y en Europa, reconstruyeron El Sadar (obra premiada a nivel mundial) y ahora expanden Tajonar. Podía recordar algunos capítulos polémicos de su gestión, pero hoy no toca. Como dijo el sabio, “lo que está bien, está bien”. Luego habrá que pagar la obra, un presupuesto de 18 millones que casi siempre acaba creciendo; desde el club garantizan que hay solvencia financiera y que no es necesario vender a ningún futbolista (léase Aimar Oroz) para sufragar el proyecto. El mantenimiento de las instalaciones también será más caro y repercutirá en los presupuestos. No dudo que todo ha sido tenido en cuenta y ha pasado por la calculadora.

Los aficionados de largo recorrido recordarán que en su día el presidente Pachi Izco ya presentó un plano de ampliación de la ciudad deportiva (menos ambicioso que el actual). La crisis económica a nivel mundial que vino poco después fue el argumento para archivar una idea que ya nunca se sacudió el polvo de encima. Hoy, el osasunismo mira con expectación y cierto orgullo esos bocetos y la recreación de imágenes de lo que está por venir. Como lo miraría Ezcurra.