Confrontaban dos rachas en El Sadar, la de un Osasuna que no conocía la derrota en su feudo y la de un Barcelona que había ganado sus siete primeros partidos de Liga. Y salió triunfadora la de los rojillos, que encadenaron su cuarta victoria consecutiva como locales –tras haber derrotado sucesivamente a Mallorca (1-0), Celta (3-2), Las Palmas (2-1) y al Barça (4-2)–, desatando una fiesta en El Sadar.

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Las notas de la gran victoria de Osasuna ante el Barcelona: Bryan pone el arte DIARIO DE NOTICIAS

Cuentan que la celebración de algunos de los goles de Osasuna se llegaron a escuchar en el Navarra Arena, donde los culés de Estopa ahogaron sus penas con música, y más aún se oyeron en un estadio que se engalanó para la visita del líder de Primera –lo seguirá siendo pese a la derrota–. El mosaico de salida con 22.000 cartulinas rojas y azules se convirtió en el preámbulo de la noche perfecta, en la que Osasuna mordió y encontró el apoyo que había pedido Vicente Moreno en la víspera: de la grada, de los periodistas, de los utilleros y hasta de las mascotas.

La cuestión es que el conjunto navarro ha sumado 13 puntos de 15 posibles en El Sadar, que sumados al que logró el pasado martes en Mestalla contra el Valencia (el primero a domicilio en lo que va de temporada), hacen 14, los mismos que llevan el cuarto clasificado (el Mallorca del exrojillo Jagoba Arrasate) y también el quinto (el Villarreal), quedando Osasuna en la sexta plaza. Es decir, que los rojillos ocupan posición de Liga Conferencia, aunque con puntos de Champions y de Liga Europa. Casi nada.