Cuatro Indar Gorri niegan en un juicio insultar al público del España-EEUU
La fiscalía les pide 3 años de prisión por coaccionar en 2022 a aficionados que fueran a El Sadar
Cuatro miembros del grupo Indar Gorri, y otro joven, de Vitoria, fueron juzgados este martes en el Juzgado de lo Penal número 2 de Pamplona acusados de haber coaccionado al público que iba a asistir al encuentro entre las selecciones femeninas de fútbol de España y EEUU que se disputó en octubre de 2022 en el estadio de El Sadar. La Fiscalía reclama para los procesados tres años de prisión al contemplar en el delito de coacciones la agravante de haber actuado contra los aficionados por discriminación por ideología y nación. Además, el Ministerio Fiscal pide que se imponga a los procesados la prohibición de acudir a una distancia inferior a 600 metros de El Sadar durante cinco años.
Los acusados negaron ayer el relato policial que se quiere establecer en un amplio atestado, con fotografías del día de los hechos, respecto a los altercados que les imputan y de la organización que habían tramado para llevarlos a cabo. El instructor de las diligencias confeccionadas por la Policía Nacional y que ordenó la identificación y detención de los sospechosos, que es a su vez coordinador policial de seguridad en el estadio pamplonés, manifestó en el juicio que aquel partido amistoso internacional entre las selecciones “llegó con un ambiente calentito y luego se confirmó. Llevaban un mes con bastantes sanciones (en referencia a Indar Gorri) y reforzamos la seguridad”. Sin que tuviera que ver directamente con los hechos, el policía aludió a una pintada contra España que se había efectuado en la parte trasera del estadio días antes y que atribuyó a uno de los líderes de Indar Gorri y que se encontraba acusado. “Las imágenes son un poco tal, pero las características de quien se ve son las mismas que tiene esta persona, a la que conocemos de sobra. Además, un coche que él utiliza estaba aparcado cerca de El Sadar cuando se hicieron dichas pintadas”. También el agente sostuvo su acusación aludiendo a un posado con una pancarta en la que Indar Gorri animaba a las fuerzas políticas a posicionarse contra esa imposición”.
Así, la acusación de la Fiscalía se basa en un informe de la Unidad de Intervención de la Policía y del grupo especializado en violencia en el deporte, en el que se dice que había 50-60 personas en torno al bar Bodegón antes del inicio del partido y que los procesados insultaban e increpaban a algunos aficionados que portaban banderas y camisetas de España (“puta España, puta selección, españoles hijos de puta, euskal presoak, fascistas, vasallos del Estado español, española ez ikurriña bai”, les acusan). Además, lanzaron objetos, dijo. Según el agente, la respuesta de la Policía en forma de carga porrazo en mano llegó tras presenciar esos lanzamientos y que ocuparan parte de la calzada. Dijo que después, a partir de reconocimientos fotográficos por las imágenes que tomaron en la zona, fueron situando a los acusados en los acometimientos de los que les acusan.
“No sabía que había partido”
La defensa de los acusados resaltó que a esa hora había una importante multitud de gente en la zona y que, pese a la acción violenta que se le atribuye a los procesados, no hubo ningún aficionado herido ni ninguna persona presentó una denuncia formal. Los acusados negaron los hechos que se les imputan. El joven llegado de Vitoria dijo que no conocía de nada a ninguno de los acusados, que había venido a Pamplona a comer y de compras con su novia y que se acercó al estadio porque le gusta el fútbol y quería ver la tienda de El Sadar. No sabía que había ningún partido. Los cuatro miembros de Indar Gorri declararon también en el mismo sentido. Dijeron conocerse de vista, que suelen acudir a ese bar a menudo y que esa tarde desconocían que se jugara ningún encuentro, sino que se enteraron ahí mismo. El principal acusado, al que la Policía señala como dinamizador de las acciones, afirmó que no se reconocía en ninguna de las imágenes del atestado y no fue identificado ese día en las inmediaciones. El resto aseguraron que no habían participado de ningún grito o insulto ni habían increpado a ningún aficionado. Manifestaron que estaban en la terraza exterior del local y que solo corrieron al ver la carga policial para evitar ser golpeados.