Jon Moncayola no pudo ocultar en zona mixta su frustración por cómo terminó la primera mitad, marcada por la acción de la tarjeta roja a Catena que estuvo precedida por el 2-0 de la Real Sociedad. El de Garíanoain, aun así, destacó el derroche de sus compañeros, sabedores que la remontada se antojaba complicada al encontrarse en inferioridad y en desventaja en el marcador. Aun así, el navarro ponía el foco en el partido del lunes ante el Mallorca porque, después de la victoria del otro día, el equipo puede mirar hacia arriba.
“El segundo nos ha terminado de matar”, se mostraba franco el canterano, que inicidía, como su técnico, en que “aun así, hemos intentado hacer más esfuerzos, porque con uno menos no es fácil. En la segunda parte es verdad que no nos han generado mucho, no ha pasado gran cosa. Era complicado lograr el empate y primero ese gol”.
Preguntado por la multitud de cartulinas amarillas que sacó el colegiado del encuentro, Mario Melero López, el centrocampista de Osasuna reconoció que “al final el propio partido te da rabia, te calienta, ellos perdiendo tiempo hacían que no pasaran cosas. Son cosas del fútbol, ahora estás más tranquilo, pero en el momento te da rabia porque estábamos ilusionados y se te ha escapado”.
Preguntado por el sentir del vestuario, Moncayola apuntó que el equipo se encontraba “tranquilo dentro de lo que cabe”, a pesar de que era innegable que “veníamos con mucha ilusión”, porque, añadía el futbolista, “sabíamos qué supuso esa final de Sevilla y qué hubiera supuesto meternos en otra simifinal”. “Pero no salen las cosas como queremos, la roja nos ha hecho daño y aun así el equipo se ha esforzado en darlo todo. No nos queda otra que pensar en liga”, seguía exponiendo un Moncayola que visualizaba qué podia haber pasado y, de haber hecho, “tendríamos tres rivales difíciles. Después de la victoria del otro día podemos mirar más hacia arriba que hacia abajo y vamos el lunes a intentar conseguir los tres puntos que serían muy importantes”.