Europa fue un sueño bonito para Osasuna
Los rojillos viven un final frustrante de temporada porque se quedan a solo un gol de clasificarse para la Liga Conferencia tras haber desaprovechado muchas ocasiones ante el Alavés
Osasuna vivió un final frustrante de temporada y en el último partido se esfumaron sus sueños de clasificarse para jugar una competición europea. Los rojillos, que empatan en la clasificación con el Rayo Vallecano, son empujados un peldaño más abajo por el peso del golaverage con el conjunto madrileño, que es favorable a los franjirrojos. Un gol, el que hubiese supuesto la victoria en Mendizorrotza, fue el premio con el que Sivera le arrebató al equipo de Vicente Moreno colarse en un torneo continental. El tanto de penalti con el que el Alavés se puso por delante en el marcador fue el otro imponderable que jugó en contra de Osasuna, que, tras sentirse excitado y empujado hacia el marco rival pese a lo expeditivo de la actuación de su portero, se desmoronó y no encontró el camino para reaccionar con el gol más que al final.
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Osasuna ha cumpliendo con su parte en estas jornadas y completando un final de campeonato increíble con dos victorias consecutivas y una racha de cuatro partidos sin perder. Semejante trayectoria excepcional, unida a los resultados de los rivales directos, han hecho que se inmiscuyera en ese numeroso pelotón de equipos aspirantes a las últimas plazas por jugar en Europa, y además, a participar en el esprint final en el que tres clubes se han repartido las dos últimas plazas. Mucha ilusión que se fue hinchando hasta que ha explotado dolorosamente al final.
Osasuna vivió en Vitoria un último partido emocionante, por la reunión de condicionantes de todo tipo. No cabe duda de que esta campaña de transición se ha saldado con una calificación notable, que tiene todavía un mérito mayor tras haberse acumulado muchas jornadas consecutivas sin ganar y después de haber exhibido la condición de equipo preferentemente casero, con un rendimiento casi testimonial como visitante. Las lagunas en los minutos finales en algunos partidos hicieron perder puntos en situaciones inverosímiles, lo que todavía ha perfilado más el comportamiento inestable del conjunto. Europa, un premio gigantesco para Osasuna, no se ha conseguido y se ha tocado con la yema de los dedos. La ambición como club no debe olvidar en este tiempo de análisis que con un poco más se hubiese saltado la banca con una clasificación final mejor.
Con Budimir devorando todos los registros para erigirse en el delantero más importante de la historia de Osasuna, Aimar Oroz llevando a la levitación el juego de conducción y pase, Areso de jefe de banda ejerciendo de coloso y un Sergio Herrera siempre decisivo, como casos más llamativos, el equipo ha tenido mucho con lo que sostenerse. Vicente Moreno, que vino para una temporada y ha cumplido de sobra, encontró en donde apoyarse y en la calidad y madurez del grupo ha asentado la resistencia en los momentos peores, también ha salido a relucir el Osasuna de siempre en muchos momentos. El entrenador de Massanassa ha estado por encima de las expectativas, lo que supone un logro personal del que se ha beneficiado Osasuna.
Ese escenario de querer y no poder, o no llegar, se repitió en la última cita. Osasuna estuvo en condiciones de ganar en Mendizorrotza si no se hubiese cruzado Sivera. No ha habido esta temporada, salvo en la Copa, partido alguno con semejante producción ofensiva –nueve lanzamientos entre los tres palos– y con ocasiones tan claras –ocho– que ha tenido menor premio.
La primera parte resultó emocionante, con media docena de oportunidades repartidas entre los dos equipos. Los porteros mantuvieron a los suyos a salvo, porque Sivera sacó las manos de manera providencial ante Budimir y Rubén García, y lo mismo hizo Herrera frente a Aleñá y Protesoni. Por el lado de Osasuna, dos ocasiones más firmaron Catena y Budimir como para haber puesto tierra de por medio en el marcador. Lo que retumbaba desde otros campos tampoco sonaba mal.
En la segunda mitad, todo se cayó. Primero, porque el penalti cometido por Osasuna resultó una acción poco hábil de la defensa, que de un centro pasadísimo hizo una opción para el gol por la patada a un atacante que estaba de espaldas. Fue un recordatorio de la falta de compostura que ha pasado factura en algunos momentos del curso. El gol en contra desarboló a Osasuna, que estuvo incómodo, con las velas menos hinchadas, aunque siguió tejiendo un montón de llegadas y remates para el lucimiento de un Sivera gigantesco. Herrera también hizo de lo suyo en su costado. El gol de Raúl García en el minuto 88 y los instantes siguientes enseñaron a un Osasuna enfadado con su destino. Con el sueño consumido.
Ficha técnica:
- 1 - Alavés: Sivera; Tenaglia, Sedlar (Pica, min.79), Garcés, Manu Sánchez; Benavídez (Carlos Martín, min.79), Blanco; Guridi (Conechny, min.63), Aleñá, Carlos Vicente; y Kike García (Toni Martínez, min.63).
- 1 - Osasuna: Herrera; Juan Cruz (Bretones, min.59), Boyomo, Catena, Areso; Ibáñez (Raúl, min. 59), Torró (Iker Muñoz, min.46); Rubén García (Unai García, min.93), Oroz, Bryan (Arraiz, min.82) y Budimir.
- Árbitro: Cuadra Fernández (Comité Balear). Mostró tarjeta amarilla a los locales Garcés (min.77) y Conechny (min.65) y los visitantes Raúl García de Haro (min.75) y Areso (min.78).
- Goles: 1-0: Carlos Vicente, de penalti (min.56). 1-1: Rául García de Haro (min.88).
- Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 38 de LaLiga EA Sports, última del campeonato, disputado en el estadio de Mendizorroza de Vitoria ante 19.274 espectadores, sin entradas, con un gran número de aficionados visitantes.