Ver al equipo de Alessio Lisci va camino de convertirse en una oda al descontrol controlado. Parece que los jugadores de Osasuna en ocasiones se vuelven locos, pierden su posición o se van al ataque, pero la realidad es que el técnico italiano no deja al azar casi nada en los 90 minutos del partido.
El partido contra el Rayo da la impresión de que se salió muy poco de lo que tenía en la cabeza. La salida por la derecha con balón largo para Víctor Muñoz la ensayó con mimo el viernes en Tajonar. Cada detalle, cada variante, cada opción que podía ocurrir a lo largo del encuentro.
Y así ocurrió. El menudo atacante de Osasuna va camino de ser un dolor de muelas para los rivales. Si Lisci consigue enseñarle a elegir un poco mejor en los metros finales y a levantar algo más la cabeza, el chaval va para jugador grande.
Además parece que se entiende bien con cualquiera que le pongan al lado. Contra el Rayo salió a jugar con Raúl García de Haro, especialista contra el Rayo Vallecano. Más allá de lo humorístico de que siempre les marque, da la sensación (casi desde que llegó) de que si hay un entrenador que puede explotar al ariete ese es Lisci. El Sadar le tiene un especial cariño y así se lo demostró con su ovación al ser cambiado.
Pero, volviendo a lo de las posiciones. Osasuna parece que evoluciona hacia la disolución de los puestos específicos y variar hacia un juego en el que se busque, principalmente, la sorpresa y hacer daño al rival.
¡Ojo! Eso en ataque, porque atrás el equipo ya es un bloque sólido y aseado que no pasa mucho sufrimiento gracias a los defensas y al despliegue físico de los centrocampistas, encabezados por un incombustible Moncayola, que lo mismo te roba un balón que te filtra un balón a Iker Benito para que el chaval se estrene en El Sadar en Primera.
Pero luego llega a la zona de ataque y parece que todo se desordena. Menos en la cabeza de Lisci. Ahí todo está claro.
No existen las posiciones, hasta que decide que sí. Es un poco como los jefes (que no dueños) del club. Posicionan al club en las causas que les apetece y se hacen los longuis en otras que les resultan más incómodas, por lo que sea, ellos sabrán y seguramente no explicarán.
Volviendo a lo deportivo. Si Osasuna sigue así se va a convertir en un equipo de autor, de esos que se recuerdan en tiempos. Para que eso ocurra solo falta que los resultados acompañen. En casa, de momento, sobresaliente y, como él mismo dijo, con el debe de quedarse a cero de momento fuera. Pero bueno, que ha jugado contra el Madrid y el Espanyol, no es nada grave.
A ver cómo sale Osasuna de esta maratón de partidos que le queda hasta el próximo parón, pero es normal que de momento lo que se ve ilusione. Ahora, toca sumar, que lo que seguro no va a desaparecer es la posición de la clasificación.