Pues sí, tras cinco partidos a domicilio sin oler un punto es hora de comenzar a analizar cuáles están siendo los problemas para que Osasuna sea el único equipo de la Liga que no ha rascado nada lejos de su casa. Y una de ellas es el uso que se le está dando a Budimir. El croata no está en su mejor momento ni mucho menos y en parte es por el estilo que están marcando los rojillos. 

No parece Budimir el perfil más adecuado para jugar tan lejos del área y con tan poco centro lateral para aprovechar sus mejores virtudes. Por eso no es casualidad que cada vez que entra Barja al delantero le llega un soplo de aire fresco. Un soplo o balones para que trate de rematar. 

Pero estar tantos minutos corriendo detrás del balón sin opciones reales de marcar pasa factura a un delantero que resoplaba cual caballo enjaulado tras fallar una ocasión impropia en él en el minuto 89. Cierto es que también Oblak puso mucho de su parte para evitar el gol. 

Aún y todo, la sensación que está quedando es que Lisci de momento no encuentra la fórmula para que Budimir esté cómodo y es esencial para la temporada de Osasuna que el croata logre un número de goles que empuje la salvación. 

Y lo haga en casa y también fuera. El 0 de 15 escuece a estas alturas y aunque Osasuna compite bien como en el Metropolitano no está consiguiendo concretar eso en puntos. En la primera parte, el Atlético pudo marcar varios goles que entre Sergio y el VAR dejaron en nada. Llegados a ese punto, a Lisci siempre se le atraganta el momento en el que dar un pasito más desde el banquillo para evitar que la reacción siempre llegue con el equipo por debajo en el marcador. 

En el Metropolitano el equipo fue hacia arriba de nuevo tras encajar un gol en el que Sergio no pudo hacer más (llevaba dos paradones tremendos) pero en el que Bretones sí que salió en la foto por la facilidad con la que Giulano llegó hasta muy dentro del área para poner el balón atrás y que Almada se estrenase como rojiblanco. 

Antes, Osasuna lo había intentado en un par de internadas de Víctor y en una jugada rocambolesca con tres disparos dentro del área totalmente defectuosos. Poco bagaje en cualquier caso pese al rival y al escenario. 

El equipo de Lisci sigue siendo demasiado timorato lejos de Pamplona. Pensando más en el rival que en intentar plantear algo más valiente que pueda salir bien. También puede que no funcione, pero peor de cómo está transcurriendo no va a ser, así que es buen momento para intentarlo.

Y eso ayudaría, seguro, a encontrar una mejor versión de Ante Budimir. Osasuna debe de encontrar la fórmula para que tenga más opciones de producir y eso le devuelva una confianza que ahora mismo no parece que pase por su mejor momento.