A pesar de no haber tenido un inicio de temporada especialmente destacado en lo colectivo, Ante Budimir sigue siendo un jugador determinante en el esquema ofensivo de Alessio Lisci. Con cuatro goles en su haber, el delantero ha firmado el 44% de los tantos del equipo en lo que va de campaña, consolidándose como el principal referente en ataque.
El vestuario y el cuerpo técnico reconocen su importancia. Lisci ha elogiado en más de una ocasión su compromiso, profesionalidad y capacidad de sacrificio, cualidades que lo han convertido en uno de los jugadores más respetados de la plantilla. Además, su experiencia internacional y su carácter competitivo sirven de ejemplo para los más jóvenes. Pese a que esta temporada no esté en su faceta más anotadora, el croata predica con el ejemplo con su trabajo y marca un camino a seguir para los demás miembros de la plantilla.
Budimir no sólo aporta goles. Su influencia en el juego va mucho más allá de las estadísticas. El croata actúa como punto de apoyo constante para sus compañeros, baja balones, fija centrales y genera espacios para las llegadas de los extremos y mediapuntas. En un equipo que todavía busca encontrar fluidez y continuidad en el plano ofensivo, su capacidad para retener la posesión y dar aire en campo contrario resulta fundamental y más en un equipo que pasa tantos minutos en bloque bajo.
En ese contexto, Budimir se ha convertido en una pieza indispensable: su presencia ofrece una referencia clara en el área y permite que el equipo tenga una salida ofensiva fiable incluso cuando no logra conectar las transiciones con claridad.
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