Los puntos en el campo del Barcelona, de nuevo el Camp Nou, valen lo mismo que en cualquier estadio de la Liga, pero la dificultad para acceder a ellos es lo que hincha su valor emocional. Osasuna necesita puntos y le importa nada de donde vengan y los que se disputan ante el Barça entran en la ecuación de su necesidad. El equipo de Lisci busca una hazaña frente a los hombres de Flick y ello supone hacerlo perfecto en lo futbolístico y tener la cuota de fortuna imprescindible cada vez que se juega ante un conjunto grande.

Como se debe estar perfecto en todas las líneas y competir como bestias, todavía un poco más, el partido de este sábado no debe requerir previamente un recordatorio de tareas ni de motivación para los jugadores. Medirse a futbolistas excepcionales exige más y a ese nivel deberá subir su desempeño Osasuna.

En un encuentro de esta dimensión, será interesante ver la apuesta de dibujo y en jugadores que realiza el entrenador de Osasuna: si hay una defensa superpoblada, si el centro del campo estará reforzado, si el ataque es se verá afectado, si hay gradación en la aplicación del plan, si el partido de Copa del miércoles y el del sábado frente al Alavés aparecen de un modo u otro en el capítulo de decisiones. Si la confianza del grupo ha mejorado también interesa verlo.

Lisci ha ido recuperando futbolistas y ello le ofrece posibilidades para alternar jugadores y no forzar a nadie lejos de su posición habitual o perfil de juego ni tampoco realizar experimentos -el final del encuentro con el Levante fue en esa línea, de defender con todo lo que había a mano en el banquillo pese a alguna ubicación más o menos disparatada-. En la convocatoria, el entrenador italiano cuenta con casi todo el mundo salvo Iker Benito, en proceso de recuperación de su lesión, ni tampoco con Juan Cruz, a quien la gripe le ha dejado en Pamplona.

Frente al líder de la Liga, la lógica dice que habrá que adoptar precauciones, caso que tiene que ver con la actitud individual y también con el planteamiento. Osasuna tiene dos buenos recuerdos de los partidos de esta temporada en el Bernabéu y en el Metropolitano ante Real Madrid y Atlético en los que solo falló el marcador final -sendos 1-0-. Cada encuentro es una historia, pero hay una veta abierta para el recuerdo de lo que se hizo bien entonces e intentar una aplicación mejor.

El Barcelona es un vendaval de problemas que sopla desde cualquier lado. Lamine Yamal es su estrella, quizás ahora en momentos menos brillantes, pero la manivela de Pedri, la voracidad de Fermín o el ímpetu de Raphinha avivan el fuego del conjunto de Flick en ritmo y juego, sin olvidar el rendimiento de Ferrán como 9 o la eterna condición de killer de Lewandowski. Desde que el equipo de Hansi Flick perdió en el Bernabéu el pasado 26 de octubre, el Barcelona ha ganado siete de los nueve partidos jugados.

LOS DATOS

Juan Cruz, baja por gripe. Juan Cruz no ha entrado en la convocatoria al padecer un proceso gripal. Iker Benito continúa con su recuperación tras su lesión en la rodilla.

Sin ganar fuera. El equipo de Lisci solo ha conseguido dos puntos en ocho encuentros fuera de casa. Es uno de los pocos conjuntos que sigue sin ganar como visitante en la Liga.

Lo que queda en el año. A Osasuna le quedan este año dos partidos de Liga -en Barcelona y en casa con el Alavés- y uno de Copa -en Huesca-. La primera vuelta del campeonato concluye ante el Athletic, el primer fin de semana de enero.

Sus bajas. El centrocampista internacional Dani Olmo es baja para este encuentro, como también Araujo y Gavi.

Que el Barça tiene pegada lo certifica que Ferrán lleva once goles -uno menos que Osasuna-, Lewandowski está en ocho dianas y el inquietante Lamine se ha puesto en seis. Con este panorama, los rojillos buscan una sorpresa.