Las murallas de Pamplona presentaban ayer por la noche un aspecto diferente con miles de velas que iluminaban el tramo comprendido entre el Archivo General de Navarra y Caballo Blanco, otorgándole un aspecto mágico. Aunque la lluvia hizo acto de apertura, solo duró 10 minutos y la programación no se vio afectada.
El encendido de las velas comenzó a las 21.00 horas de la noche, un proceso en el que participaron algunos de los asistentes, ya que se repartieron cerillas a lo largo del paseo iluminado. Cuando comenzaron a caer las primeras gotas, los presentes buscaron refugio bajo el alféizar del Archivo, con copas y aperitivos en sus manos. Al dejar de llover, muchas de las velas se habían apagado, por lo que los presentes volvieron a iluminar las murallas.
Entre ellos estaban las amigas Sara Miguel y Alejandra Ibáñez. La primera de ellas comentó que “esta es la primera vez que venimos, pero por la lluvia tampoco hemos disfrutado mucho”. Por el contrario, no era la primera vez que Tere Martínez, Tere Argüelles y Maricruz Aguado acudían a este evento. “El trío de la Rochapea, así nos llamamos”, señalaron. Martínez, además, afirmó que habían tomado “un reserva muy rico”. Muy cerca de ellas estaban Maite Izco, Silvia Tardío y Ana Belén Velaz. La primera de ellas aseguró tener “algo de miedo por que se suspendan los conciertos”.
Pero su temor no se cumplió. Aparte de disfrutar de las vistas, los visitantes pudieron deleitarse con dos performances. En la zona de Caballo Blanco, hacia las 22.00 horas, comenzó a cantar Javier Ibáñez, quien interpretó versiones de conocidos grupos y solistas como The Rolling Stones, The Beatles o The Who. Por su parte Demodé Quartet presentó su espectáculo Epa en un escenario situado junto al Archivo General de Navarra.
Además de los conciertos, algunos personajes históricos, a los que dio vida Imanol Espinazo, deambularon por las murallas y contaron su vida y peripecias.