pamplona - “Érase unos locos viejitos que, pese a sus limitaciones físicas, corrían de aquí para allá, sin saber muy bien por qué, pero que se encontraban muy agustito con sus jadeos y sudores. Un buen día, uno de ellos sufrió una aparición en forma de zarza de pacharán, que además le habló de esta manera: Javier, tú serás el elegido para mostrar a la ciudad de Pamplona que no sois Los Olvidados de Luis Buñuel, sino que sois capaces de aglutinar lo mejor de los corredores y corredoras del barrio obrero de Mendillorri”. De esta original, metafórica, bíblica y foral manera, se presentan en su web (http://mendikorri0.webnode.es) los integrantes de la asociación deportiva Mendikorri, más bien un grupo de enamorados del running (el correr de toda la vida) que aspira a unir a los lobos solitarios que practican este deporte en Mendillorri, Sarriguren o Ripagaina bajo la máxima de que es “más entretenido correr juntos que solos”.

No hay más aspiraciones, ambiciones ni horizontes, no hay cuotas ni pagos, no hay otro objetivo que disfrutar del deporte en compañía y ofertar a los vecinos de esta parte de Pamplona la posibilidad de que conviertan esta afición en una forma más de relación social. Como mucho y para aquellos que gustan de la retórica, lo que buscan estos “locos viejitos” es construir barrio también a través del running.

Javier Azagra es el presidente de esta asociación, constituida para dotar al grupo de un nombre, pero que en realidad no lleva ni censo, ni cuotas ni ejecución de cuentas, ya que “tenemos equilibrio presupuestario, puesto que aquí no se paga nada”. Hablar con él, como con José Luis Casabona, Jorge Cueva, José Garatea o Pedro Hermoso, es sentarse frente a aquellos héroes que engrosan el pelotón de personas anónimas que convierten en populares las carreras que se presentan como tales. “No competimos, no queremos hacerlo, no queremos convertirnos en un club, simplemente aspiramos a unir a la gente de Mendillorri que sale a correr, ofrecerles la oportunidad de hacerlo en compañía y beneficiarnos mutuamente con ello confeccionando una red de recorridos variados por el entorno que anime cada vez a más gente a correr”, explica Azagra.

Ritmo suave El espejo frente al que se miran es el grupo de amigos de la Vuelta del Castillo que todas las semanas se reúne para correr por las calles del centro de la capital. A diferencia de estos, con una larga trayectoria como runners agrupados, Mendikorri surgió hace ahora dos años “cuando un buen día nos paramos dos personas y nos preguntamos por qué no salir a correr juntos”. Desde entonces y tras los procesos administrativos oportunos (darse de alta en el registro de asociaciones deportivas de Navarra), hasta 15 corredores se han apuntado a las citas de los domingos (a las 9 de la mañana en la plaza que hay entre las calles Señorío de Echalaz y Concejo de Ardanaz) agrupando un perfil heterogéneo tanto en lo referente a franja de edades (desde los 30 a los 60 años), como en lo que a sexo se refiere (el 70% son hombres y el 30% mujeres).

Creen posible que ese número se incremente hasta las 30 o 40 personas que acudan a esa cita semanal y lograrlo es toda la ambición que atesoran. “Vemos a mucha gente que sale sola a correr y creemos firmemente que esta actividad, si se hace en compañía, crea mucha más afición, se hace más sencillo y aún encima te relacionas”, explica Jorge Cueva.

No se exige mucho, aunque los de Mendikorri aclaran que “un mínimo de base deportiva sí se necesita”. ¿Cómo medir ese mínimo? Ellos responden con números: “Solemos llevar un ritmo muy asumible que se sitúa entre los 5 o 6 minutos el kilómetro”. En otras palabras, entre 10 y 12 kilómetros la hora, que es precisamente el tiempo medio que corren en cada una de sus salidas.

Sin embargo y para que nadie se asuste, los recorridos que hacen permiten que los participantes, en función de su condición o del tiempo que dispongan, puedan abandonar la carrera cuando quieran. “Los circuitos siempre tienen escapatorias o atajos y quien quiera correr, por ejemplo, media hora puede hacerlo perfectamente”, explicaba José Garatea.

filosofía Unirse a Mendikorri es fácil, sólo requiere acudir a la cita de los domingos a las nueve de la mañana detrás del supermercado Dia o ponerse en contacto con la asociación a través del e-mail mendikorri@gmail.com.

A partir de ahí, cada cual decidirá hasta qué punto quiere sumarse a las iniciativas que plantea el grupo. Entre éstas están apuntarse a pruebas populares de Pamplona y la Cuenca, hacer salidas a otras partes de Navarra y provincias limítrofes, o sumarse a las reuniones mensuales que se celebran para planificar recorridos (sobre todo en el valle de Aranguren). Comidas, cenas y quedadas son voluntarias, pero el quid de la cuestión lo resumen con una frase del poeta León Felipe: “Lo importante no es llegar primero y solo, sino juntos, y a tiempo”.