pamplona - La recuperación y rehabilitación del Palacio de Mendillorri, así como su puesta a disposición de los vecinos del barrio, es el objetivo final de un proceso iniciado hace dos semanas que busca obtener del Ayuntamiento de Pamplona la gestión del palacio (hoy en manos del Gobierno de Navarra) para pasarla a los vecinos y hacerlo además a través de un “proceso de empoderamiento de la ciudadanía”. Para ello, la asociación de vecinos ha puesto en marcha una campaña dividida en tres fases que espera llevar a buen puerto esta reivindicación en el plazo de tres meses. Una semana cultural centrada en este edificio histórico, una consulta ciudadana sobre su futuro y la redacción de un plan de gestión de un centro social adaptado al palacio son las tres fases de este proceso. Las dos primeras ya se han cumplido, la tercera está en marcha.
Entre el domingo 14 de junio y el jueves 18 y por intervalo de dos horas diarias en horario de tarde, representantes de la asociación de vecinos y de los diferentes colectivos del barrio habilitaron en distintos puntos de las cuatro fases de Mendillorri urnas en las que depositar una papeleta que cuestionaba sobre el futuro del edificio histórico. La pregunta era directa: “¿Le gustaría que el Palacio de Mendillorri pasara a ser una dotación pública de gestión vecinal?”. En total 451 personas respondieron a esta cuestión y el 98% de ellas lo hizo de forma afirmativa.
Los impulsores de la consulta, aún sabiendo su nula validez legal y su escaso valor representativo (451 votos sobre 11.195 posibles apenas suponen un 4,02% de los sufragios reales), sí estiman que es “un buen punto de partida para impulsar un proceso participativo real que implique que el futuro del palacio lo decidan los vecinos del barrio y no, como hasta ahora ha sucedido, las instituciones”, explicaba Igor Usunariz, de la asociación de vecinos.
La siguiente oportunidad para realizar una consulta se producirá, si se cumplen los pronósticos, a finales de verano, cuando ya se tenga redactado un proyecto de autogestión vecinal para este espacio de 933 metros cuadrados útiles divididos en dos plantas más dos torres.
autogestión El origen de esta reivindicación se sitúa en el diagnóstico de las necesidades de Mendillorri que realizaron la unidad de barrio junto a la asociación Bideberri entre 2013 y 2014. Este trabajo señalaba que la ausencia de locales para los jóvenes era uno de los problemas más importantes del barrio y la falta de alternativas de ocio un factor de riesgo para la amplia población infanto-juvenil que vive allá (2.342 vecinos, es decir casi el 21% de la población total, está en edades comprendidas entre los 10 y los 19 años).
La idea que barajan los impulsores de esta iniciativa es que el palacio se dedique, precisamente, a acoger espacios juveniles autogestionados, pero con un modelo de tutelaje de los colectivos que lo acercaría más a la figura de un centro social vecinal que a un la de un gaztetxe. “Lo que queremos es que los vecinos no sólo sean capaces de unirse para reivindicar este espacio, sino también y sobre todo, para gestionarlo sin el tutelaje de las instituciones”, explicaba Xabier Senosiáin, portavoz de Bideberri.
“Lo que esperamos es hablar con el Ayuntamiento, que éste solicite al Gobierno de Navarra la cesión del edificio para que, a su vez y en virtud del proyecto que haya votado el propio barrio, deje la gestión en manos de los vecinos”, ilustraba el representante de los impulsores
acciones simbólicas Eso sí, antes de que todo este proyecto pueda ser posible (la asociación de vecinos confía en que los gobiernos del cambio lo respalden) sería necesaria una intervención para rehabilitar en profundidad un edificio que “durante los últimos años se ha dedicado a almacén de aperos”, aseguraba Usunariz, acompañado de Senosiáin y del joven Daniel Rodríguez. Propiedad de la empresa pública Sodena, ésta trató de usar el edificio para ubicar allá sus oficinas, proyecto que quedó frustrado por la movilización vecinal.
Para impulsar todo este proceso de recuperación del edificio, voces dentro del tejido colectivo del barrio ya están hablando de promover una ocupación simbólica del Palacio para llevar a cabo unos primeros trabajos de adecuación a través de auzolan. “No está claro” puntualizan desde la asociación, “pero se baraja”.
Desde principios del XIV. En 1303 se cita expresamente el palacio, pues, según la tesis doctoral que firmaba el ahora alcalde de Pamplona, Joseba Asiron, “Teresa Ortiz de Mendillorri legaba los palacios y torre al priorato de la Catedral”. En junio de 1361 el obispo Arnaldo de Barbazán se hallaba en Mendillorri, “desde donde despacha”. En 1384 el entonces obispo Martín de Zalba “gastó 968 libras en hacer la torre de Mendillorri”. Este puede ser el origen de algunos de los elementos más antiguos del actual palacio, aunque el edificio debe su fisonomía general actual a una reforma llevada a cabo en
los últimos años del siglo XV y primeros del XVI
932,29
Metros cuadrados. Según la ficha técnica, el edificio cuenta con 932,29 metros cuadrados construídos, repartidos en la torre norte (68,45 m2), ala nordeste (120,88 m2), torre este (72,09 m2) y resto del edificio (433,02 m2), a los que se suman los 108,18 metros cuadrados de patio.