La estela fue localizada el 17 de octubre de 1895 en la calle Navarrería, pero su ubicación inicial pudo estar en la necrópolis sur de la ciudad romana situada entre las calles Merced-Tejería-Labrit. Festa, Rustica, Stratia y Antonia son los nombres que aparecen en la estela, cuatro ciudadanas de Pamplona que vivieron durante los primeros años de apogeo de la Pompelo vascorromana del siglo II. Allí habrían paseado por sus pequeñas calles enlosadas y porticadas, asistiendo a fiestas, comprando en el pequeño mercado situadlo en lo que hoy es el Arcedianato o utilizando las termas de la Mañueta o de la plaza del Castillo durante los días y las horas reservadas para las mujeres.
Diecinueve siglos después, el Ayuntamiento quiere recordar a estas cuatro mujeres, con un acto hoy a las doce del mediodía en la Plaza Santa María la Real, donde se colocará la reproducción de la estela del siglo II que recoge los primeros nombres de ciudadanas de Pamplona de los que se tiene constancia.
La iniciativa responde al compromiso del Consistorio de recuperar para la memoria histórica de la ciudad la presencia y las aportaciones de las mujeres. También quiere ser un homenaje a las primeras ciudadanas de Pamplona que dejaron tallados sus nombres en piedra y con ello su voluntad de ser nombradas y recordadas.
El libro Ellas, las mujeres en la historia de Pamplona recuperó la información referente a esta estela romana documentada en el Boletín de la Comisión de Monumentos. Iturralde y Suit la dio a conocer por vez primera, pero la auténtica editio princeps es de Fita. Posteriormente, Taracena y Vázquez de Parga continuaron los análisis epigráficos e históricos.
La estela se encontraba en bastante mal estado, fracturada en la base y deteriorada. Quizás como consecuencia de haber tenido otros usos ajenos al origen de su construcción. Se encuentra custodia en el almacén de arqueología del Gobierno de Navarra.
En algunos estudios se señala que se trata de una inscripción funeraria, fechada en la segunda mitad del siglo II y dedicada a cuatro personas difuntas: a Sixtilio, a su madre o esposa Antonia, a su hermano Sereno y a su hermana, quizás llamada Stratia. El monumento fue erigido por sus herederas, puede que sus hijas, llamadas Festa y Rustica, quienes la costearon con sus propios recursos. Esta dedicatoria es en cierta medida original ya que lo más común es encontrar estelas dedicadas por el marido a la mujer o a los hijos, ya que estos eran los que poseían los medios económicos para hacerlo.
Según se recoge en la memoria técnica de la recuperación de la estela, Festa y Rustica pertenecerían a una familia de terratenientes, a una familia de clase alta o “casas fuertes locales” que quizás fueron las primeras en aculturizarse y adoptar formas de vida romanas a cambio de ciertos cargos en la administración local. Festa y Rustica pertenecerían a esta clase y poseían una considerable fortuna ‘heredes de suo’ (de su dinero) como para poder ofrecer una estela funeraria a sus familiares.