chantrea - “Vivo en un bajo y desde la ventana veía todos los días a una gata blanca y negra. Al tiempo me la encontré muerta en el orillo de una acera. Había sido envenenada, tenía expresión de dolor. La había visto preñada, así que busqué a sus cachorros y me quedé tres”. Así relató Estela Izura cómo en 2014 recogió a los primeros gatos callejeros y se percató de un problema latente todavía en la Chantrea, la superpoblación de estos animales causada por su abandono.
Estela nació en el barrio hace 60 años; a lo largo de su vida ha vivido en diversas ciudades; y hace tres años volvió, “de momento”, para quedarse. Comparte espacio con su gata Lucy y otros dos mininos a los que da de comer. Cada primavera, el número de gatos callejeros que pueblan la Chantrea se multiplica. “Creo que todo empezó con el abandono de cuatro siameses porque la mayor parte de los que hay ahora o son de esa raza o son mezcla”, explicó la chantreana. “Al principio sacaba comida para todos -hay vecinos que lo siguen haciendo- pero cuesta mucho porque son muchos. Además, esta no es la solución al problema”, continuó.
Según Estela, la situación se ha convertido, poco a poco, en un “callejón sin salida”: “Si no les das de comer, se mueren de hambre. Pero si no, algunos son envenenados o, al estar de aquí para allá, son atropellados”. Por ello, la vecina de la Chantrea busca soluciones y asegura que no están en las protectoras de animales. “Cuando encontré los tres primeros cachorros, llamé. De entrada me dijeron que estaban hasta arriba y que no recogerían más animales”, afirmó.
Así, la esterilización obligatoria de las mascotas, sobre todo la de los gatos, sería, para Estela, el remedio más efectivo: “A excepción de los que se dediquen a su cría y venta, todos los gatos deberían estar esterilizados. Los perros, por ejemplo, no salen de su hogar para estar por ahí solos, pero los gatos sí”. Respecto a esto, la chantreana opina que si el Gobierno de Navarra, los Ayuntamientos y las veterinarias colaborasen, podrían poner en marcha una campaña de esterilización urgente. “En el bolsillo de los vecinos supondría muy poco. En el caso de la Chantrea, con que cada uno pusiésemos un euro podría realizarse”, sentenció.
Entre otras soluciones que propone se encuentran el implante de microchips o un seguro obligatorio: “No sé hasta qué punto serían efectivos los microchips, pero con el seguro por lo menos no los abandonarían, tendrían que pagar”, apuntaló. En cuanto a las campañas de sensibilización, Estela apuesta por que sean “más y mejores”: “Las hay, pero el público hace caso omiso. Quizá deberían ser más fuertes. Cuesta mucho educarnos. Al principio, es muy bonito tener un animal. Son cachorros y apenas molestan. Pero luego crecen y requieren más atención y más gastos. Tener un animal es tener una responsabilidad y hay muchas personas que no son conscientes de ello. Aquí radica el abandono”, terminó.
Por supuesto, para aquellos que sobrepasen el abandono para llegar al maltrato, plantea multas e incluso penas de cárcel: “Hay municipios cercanos en los que, por ejemplo, les ponen clavos en la comida o les sellan los ojos”, afirmó.
otras respuestas Si Estela no encuentra respuesta, su siguiente paso será acudir y solicitar ayuda al Ayuntamiento de Pamplona: “Sé que los procesos son muy largos y me llevará tiempo, pero tengo que hacerlo. He pensado alguna vez también en poner una denuncia en PACMA”, aclaró.
No sabe si para ello contará con el apoyo de sus vecinos, pero si de algo está convencida, es de que ella llegará hasta el final: “Ahora hay gente del barrio que está conmigo, pero no sé si irían más allá en esta lucha”.