- El Chez Belagua, con Juan Carlos y Rosa a los mandos, está cerrado porque el chuletón no tiene sentido a domicilio y "ofrecemos algo más que una buena comida; un trato, un ambiente, una experiencia que tampoco se puede trasladar a casa de los clientes". Con el contador de ingresos a cero, "el Gobierno lo único que ha hecho es avalar parte de un préstamo que tenemos que devolver hasta el último céntimo". Y su formato de sidrería les plantea dudas por las mesas corridas (sustituirlas supondría una enorme reducción de plazas) o las kupelas, "que no podrían funcionar". Así que "la 'nueva normalidad' casi nos produce más vértigo que lo que hemos pasado. Abrir cada día puede suponer 1.200 euros (sin comida y bebida) que no sabemos si conseguiremos por las medidas de desescalada y posibles cambios de costumbres de clientes y turistas. Corremos el peligro de un endeudamiento galopante que da mucho miedo". /Foto: