- Será de consumo casi nulo, contará con un sistema constructivo a base de paneles de madera laminada con cierre sostenible y de altas capacidades bioclimáticas... y estará lista para el curso 2022-2023. Si todo va según lo previsto, la futura escuela infantil de Lezkairu comenzará a construirse el próximo mes de noviembre en la calle Valle de Egüés, número 2. Tras la aprobación ayer en Junta de Gobierno Local de la licitación del contrato de obras y con un presupuesto de casi 3,4 millones de euros, se prevé que los trabajos se desarrollen durante 17 meses.

El centro de 0 a 3 años albergará una escuela infantil de jornada completa y de media jornada, con en torno a 114 menores, así como un espacio familiar. El diseño de la escuela se caracteriza por las diferentes estructuras con tejados a dos aguas que lo componen y por ser autosuficiente energéticamente. El edificio ocupará aproximadamente el 43% de la parcela, situada al sur de las casas que conforman el Soto de Lezkairu, y que ahora acoge un aparcamiento disuasorio gratuito. Se desarrollará básicamente en planta baja y con fácil acceso desde el exterior.

Las instalaciones contarán con aulas, talleres dormitorio, aseos, comedores, almacenes, vestíbulo principal, una plaza central con taller, salas de reuniones, despachos, cocina, vestuarios y patios exteriores cubiertos y al aire libre. Se ha cuidado especialmente el diseño de esos espacios exteriores “de manera que se creen zonas de exploración natural diversificadas”, explican desde el Ayuntamiento. El proyecto del centro fue redactado en su día por AAMutilva Arquitectos Asociados.

El acceso al centro se realizará a través de un espacio verde para entrar desde ahí a la escuela infantil, con la puerta principal protegida por una pérgola cubierta en continuidad de la plaza central del interior. El acceso para los servicios (personal, aprovisionamiento, alimentos) se llevará a cabo por otra entrada distinta en la calle Valle de Egüés. Toda la escuela se sitúa en la misma cota, sin barreras arquitectónicas, a pesar de que la parcela cuenta con un desnivel de 3 metros. Es en la zona que acoge los servicios administrativos, agrupados en un volumen diferenciado, pero integrado en el edificio construido, donde se resuelve ese desnivel mediante una rampa.

La plaza central alberga una zona de taller circular y funciona a modo de pulmón interior desde el que se accede a la mayoría de los espacios de la escuela. También se prolonga hacia el exterior configurándose el porche de salida al patio como un espacio de continuidad. Anexo al porche se plantea un pequeño espacio de almacén de material para el espacio exterior cubierto, que rodea el edificio y es una parte fundamental de su diseño para vincularlo al proyecto pedagógico de las escuelas infantiles. El exterior se ha diseñado como una sucesión de terrazas en diferentes niveles y materiales para acomodarse a las rasantes del terreno y para dar respuesta al concepto metafórico de jardín de los secretos para poner en relación las aulas y los módulos con la zona exterior.