Una nueva avería en uno de los dos hornos crematorio situados en el cementerio municipal de Pamplona ha obligado al Ayuntamiento a realizar la mitad de las incineraciones, es decir, cuatro frente a las ocho habituales que se producen a diario. Las familias de las personas fallecidas en la ciudad tienen en este momento la opción de trasladar los cuerpos a otros hornos crematorios situados en Estella, Caparroso, Bera y Tudela. El 20 de diciembre está previsto poner en marcha el nuevo incinerador, con mayor capacidad que los actuales, y hasta entonces sólo funcionará el segundo horno crematorio que alberga hasta cuatro cadáveres al día. La avería del primer quemador, que entró en funcionamiento en 2001, se produjo el pasado viernes, y uno de los problemas que ha tenido es que funcionó por encima de sus posibilidades durante varios años.

Cabe recordar que las incineraciones ya quedaron suspendidas cuatro días el pasado mes de septiembre del año pasado a raíz de otra avería. Cabe recordar que durante el pico de la pandemia, la instalación no fue capaz de hacer frente a las incineraciones solicitadas, ya que los dos hornos disponibles solo permiten 8 cremaciones al día ya que están diseñados para incinerar un máximo de cuatro cadáveres diarios.

Hace cinco años, el Ayuntamiento tuvo que corregir varias deficiencias en los hornos crematorios relacionadas con el control de la combustión que exigió el Servicio de Calidad Ambiental del Gobierno de Navarra como actividad potencialmente contaminadora de la atmósfera.

Cabe recordar que en este momento el Ayuntamiento dispone de 4.000 nichos vacíos. Las incineraciones cuestan alrededor de 380 euros y el alquiler de nichos para diez años ronda los 350 euros. En el camposanto trabaja un equipo de 18 personas.