En 1967 , el frente septentrional del paseo de Sarasate, el más cercano a la calle San Gregorio, estaba conformado por un conjunto uniforme de edificios, donde predominaban los bloques de tres o cuatro alturas. Iba limitado por casa Navasal, en primer plano en la foto, y en el otro extremo por la llamada casa Alzugaray, frente al actual Parlamento de Navarra. Como puede comprobarse, la imagen global era de gran armonía, con edificios que “dialogaban” entre ellos, guardando la proporción entre sí y con la vecina iglesia medieval de San Nicolás. Podemos ver que casa Navasal era un inmueble de tres alturas, más un ático algo retranqueado y abierto por mansardas. Su estilo era ecléctico, propio del siglo XIX, y es fácil comprobar que se trataba de una preciosa casa, con una fachada compuesta en base a miradores flanqueados por balcones. En sus bajos se abría un castizo comercio de paños y tejidos, llamado Navasal, que daba nombre al edificio.

Casa Navasal en el paseo de Sarasate

Hoy en día, el extremo izquierdo de la iglesia de San Nicolás certifica que nos encontramos en el punto exacto donde el fotógrafo se colocó para obtener la imagen de 1967. Contrariamente a lo que habitualmente solemos hacer, hemos abierto bastante el plano, con la intención de que pueda apreciarse la dimensión del desastre perpetrado en este lugar. La preciosa casa Navasal fue derribada en 1968, y fue sustituida por un bodrio levantado con los mismos criterios que hubieran podido emplearse en barrios del siglo XX como Iturrama o San Juan. Una salvajada, cuya única aportación es el de contar con ocho alturas, para aumentar los beneficios de los promotores, y que acababa con el “diálogo” arquitectónico, la armonía y la proporción. Especulación pura y dura, en una ciudad que, aún hoy, sigue agrediendo a su propio patrimonio. Y quien no sepa de qué estoy hablando, puede darse una vuelta desde la Media Luna hasta las torres de Salesianos.