"Los árboles de la plaza de la Cruz serán afectados por las obras de reurbanización” y afectarán “significativamente a las perspectivas de futuro de los árboles”.

En el mejor de los casos, y a pesar de la realización de las medidas correctoras, los trabajos supondrán “un cambio brusco en las condiciones de vida de los árboles, lo que lleva asociada una disminución de la vitalidad”.

Estas son algunas de las conclusiones que recoge un informe municipal incluido en el expediente sobre el proyecto de estacionamiento subterráneo y urbanización de Plaza de la Cruz. Esta iniciativa cuenta con un presupuesto de 13,7 millones de euros, de los que 2,5 corresponden al Ayuntamiento por los gastos de las obras en la plaza.

"El rebaje de la tierra y el cambio de rasante son dos puntos críticos que provocan daños directos en los árboles"

Informe técnico

 A nivel político, el parking ha enfrentado a Navarra Suma y a la mayoría municipal. La oposición ya le ha comunicado al alcalde, Enrique Maya, las dudas que les genera la tramitación del expediente por la "falta de información". EH Bildu, PSN y Geroa Bai también se pregunta cómo el Ayuntamiento va a abonar los 2,5 millones de euros si los presupuestos están prorrogados. 

Ambos motivos han provocado que los 14 concejales de la oposición hayan firmado una instancia para solicitar al Secretario del Pleno que elabore un informe jurídico que aclare si la fórmula elegida por Navarra Suma para la aprobación de la iniciativa se ajusta a la legalidad.

"Una obra representa un cambio brusco en las condiciones de vida del árbol y una disminución de la vitalidad"

El proyecto, que ha generado una profunda división en el barrio, contempla la tala de 35 plataneros ubicados en la calle Sangüesa y el trasplante de 11 arces en la plaza de la Cruz. El precio al que se adjudicarían las plazas, 30.000 euros más IVA, también ha provocado el enfado de parte del vecindario del II Ensanche. 

Afecciónes directas

Mientras tanto, los estudios que van saliendo a la luz sobre el aparcamiento no hacen si no aumentar las dudas sobre el efecto que tendrá en el arbolado de la plaza de la Cruz.

El informe elaborado determina que las obras “llevan asociadas afectaciones directas” como raíces y ramas cortadas o dañadas y heridas en la corteza, el tronco o el cuello de los árboles.

"Las alteraciones del subsuelo puedan dar lugar a una acumulación de agua que provoque la asfixia de las raíces"

Entre los “puntos críticos que provocan daños directos en el árbol”, el estudio destaca el rebaje de tierras o el cambio de rasante.

“La plaza de la Cruz tiene un desnivel trasversal, los cuellos de los árboles se encuentran en distintos niveles y esto dificulta la posibilidad de igualar las rasantes. Por tanto, hace prever afectaciones significativas en los árboles y en sus condiciones de vida en el momento de la urbanización”, alerta el informe. 

La apertura de zanjas es otro de los puntos críticos. Según el estudio, se han realizado 13 catas que “estima que las raíces abarcan toda la plaza de la Cruz y que algunas van más allá de la proyección de copa”.

Las primeras raíces se encuentran a “mínimo” 30 centímetros de profundidad, pero cerca de los troncos “puede haber más probabilidades de encontrar raíces estructurales en superficie”.

"Durante las obras, los árboles pasarán cierto estrés hídrico. La falta de agua puede afectar a su fisiología"

Debido a la extensión de los sistemas radicales, el informe técnico señala que “es de esperar que en el momento de la apertura de zanjas se puedan seccionar tanto raíces leñosas como absorbentes”. 

Los árboles también sufrirán afectaciones indirectas, que provocarán “modificaciones” en sus “condiciones de vida”. Entre ellas, sobresale el “cierto estrés hídrico” que padecerán durante las obras. “La falta de agua puede afectar significativamente a la fisiología de los árboles”, advierte. 

Para paliar los posibles efectos perjudiciales, el estudio recomienda “una frecuencia mínima de un riego por semana, en algunos casos dos, en los meses de verano y cada 15 días el resto del año”. La dosis mínima por ejemplar será de 80 a 100 litros de agua y 50 en los árboles pequeños de alineación. 

Por otro lado, las alteraciones del subsuelo producidas por la obra pueden generar una “acumulación de agua” que provoque la “asfixia de las raíces”

Según el informe, todas estas incidencias causarán una disminución de la vitalidad. “En el mejor de los casos, a pesar de la realización de las medidas correctoras, una obra representa siempre un cambio brusco en las condiciones de vida de los árboles. Este hecho lleva asociada una disminución de la vitalidad”.

"Es de esperar que en el momento de la apertura de zanjas se puedan seccionar raíces leñosas y absorbentes"

Si el ejemplar se encuentra en buen estado de salud, “la situación de estrés puede ser pasajera”, pero si los árboles tienen niveles de vitalidad bajos “las afectaciones de la obra pueden llevarlo un proceso degenerativo irreversible”. 

Durante la obra, los árboles estarán “especialmente vulnerables” y por eso se recomiendan “inspecciones periódicas”.

Cuando los trabajos hayan finalizado, el estudio sugiere “entre tres o cuatro inspecciones anuales durante los tres primeros años” .

El objetivo es detectar la aparición de algún síntoma de estrés o “alteración estructural que pueda comprometer a corto plazo su futuro”. 

El informe no detalla exactamente qué ejemplares sufrirán las consecuencias de las obras.

En un apartado, habla genéricamente de “los árboles de la Plaza de la Cruz” y en otro asegura que “los árboles de alineación de alrededor de la plaza, Acer cappadocicum Rubrum, también se verán afectados por la obra”.

En concreto, los ejemplares del 48 al 90, ubicados en la calle Sangüesa, Francisco Bergamín, Navarro Villoslada y Plaza de la Cruz. 

Medidas de protección

Durante los trabajos de reurbanización “hay peligro de perjudicar las condiciones de vida de los árboles e, incluso, de dañarlos”. Por eso, el estudio sugiere medidas que protejan la vegetación y el arbolado. 

Las áreas de vegetación deberán rodearse con un cercado de protección de material resistente de 1,80 metros de altura como mínimo.

El estudio también aconseja instalar sobre la cerca una malla de seguridad que evite el paso de partículas finas.

Si no fuera posible incluir algún árbol dentro de un área de protección, se realizará un cercado de protección individual alrededor del tronco. Este cerrado será de material resistente y de dos metros de altura como mínimo. 

En las áreas de vegetación, no se permitirán las siguientes actividades: instalación de casetas de obra, tirar material residual de la construcción, transitar con maquinaria o modificar el nivel del suelo.