San Jorge prende la mecha de las fiestas de Iruña

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San Jorge calienta motores para la fiesta Javier Bergasa

Como viene siendo habitual, el lanzamiento del cohete lo han realizado los mayordomos del año: Izadi De Esteban, Ibon Fernández, Hodeia Fernández, Iraia Ferrer, Pedro Agwude Nkechi Norah, Kelly Cataña Toquiza, Julieth López Gualan, Serigue Salion Traore Seek, Julen Gutiérrez, Jone Jauregi , Arai Leatxe, Irantzu Ripa, Unai Oroz, Iruña Iriarte, Amaia Espinosa, Mikel Rodríguez y Aritz Romeo.

 Acompañados en todo momento por gigantes, gaiteros y txistularis, los 17 mayordomos han vivido una jornada muy especial y se han mostrado muy agradecidos por el reconocimiento del barrio. "Estoy un poco nerviosa. La verdad es que no me lo esperaba. Estudio en Sanduzelai y nos dijeron en clase que íbamos a hacer un sorteo para adivinar un número. Lo adiviné yo y salí mayordoma, así que estoy muy contenta", explicaba Iraia Ferrer. 

Ibon Fernández, de 10 años, también fue elegido en clase. "Estoy nervioso, pero creo que me sé muy bien el baile", aseguraba. "Yo también tengo muchas ganas de actuar, estoy muy contenta. Va a ser un día genial", añade Iraia Ferrer.

En el caso de Jone Jauregi, el impulso para ser mayordoma le llegó de su padre Alberto. "Me lo propuso él, le dije que sí y estoy muy satisfecha, es algo muy bonito".

Julen Gutiérrez, vecino del barrio de toda la vida y estudiante en Huarte, se mostraba muy satisfecho por ser mayordomo. "Yo nunca lo había hecho y la verdad es que me apetecía bailar. Es la primera vez que lo hago delante de mucha gente, así que va a ser una experiencia más", remarca.

Irantzu Ripa fue quien "lió" a Unai Oroz a participar. "Necesitaba pareja y se me ocurrió decirle a él porque baila bien y así le puedo copiar", recuerda Irantzu. "Sí. Coincidimos en una actividad, me lo propuso y al principio le dije que no... Pero aquí estoy", bromea Unai. "Al final cedí y estoy muy contento y con muchas ganas de disfrutar de las fiestas".

Mikel Rodríguez se animó cuando se lo propusieron en la Ikastola. "Como es algo para el barrio, me parecía muy bonito hacerlo. No llevo muchos años viviendo aquí, pero veo que es un barrio muy afable en el que la gente es muy cercana y por eso me apetecía formar parte de las fiestas. El baile lo hemos trabajado y seguro que lo hacemos muy bien. Hay un poco de tensión porque las dos dantzaris son muy buenas. Luego, los dos chicos por lo menos llevamos el ritmo y por lo menos cumpliremos", dice mientras ríe.

Los mayordomos se eligen cada año entre los jóvenes de los colegios, institutos y asociaciones del barrio. Este 2023, los seleccionados han sido ocho niños y niñas de los centros de San Jorge y Sanduzelai, cinco jóvenes de los institutos de la zona como Navarro Villoslada, Iparralde o Caro Baroja y cuatro adultos de asociaciones. La elección de estos mayordomos, encargados de tirar el cohete y de abrir y cerrar la celebración con sus bailes, se realiza desde 1991, año en el que se recuperaron las fiestas de San Jorge-Sanduzelai. 

Además, se ha repetido la Faldada-Gonakada tras el éxito del año pasado, un evento que invita a romper imposiciones de género y que consiste en que el viernes todo el barrio salga a la calle con falda para mostrar que la ropa no tiene género. Así, la organización anima a que todas las personas que acudan a fiestas de San Jorge lo hagan en falda.

El programa ha sido organizado por la coordinadora cultural de San Jorge-Sanduzelai, que está formada por más de 15 colectivos y diferentes personas del barrio y cuenta con más de 50 actos como gigantadas, concurso txipi-txapa, verbenas, o karrikadantza.

Críticas al Ayuntamiento

Todos los actos de las fiestas salen adelante gracias al trabajo voluntario de los colectivos y las personas implicadas. Como señalan desde la organización, los comercios y el vecindario son los que, con sus aportaciones económicas, hacen que esto sea posible. “El Ayuntamiento, en cambio, se niega a colaborar activamente con las fiestas de los barrios y nos trata como si fuésemos una empresa que monta un festival”, denuncian. “Esto hace que organizar unas fiestas con carácter puramente cultural y social sea realmente complicado”.

Las fiestas consisten en que los grupos que durante el año hacen actividades en el barrio saquen a la calle sus creaciones y sus muestras de lo realizado durante el curso. Desde bailes urbanos, exposiciones varias, hasta festivales de música. “No es lógico que las personas que organizan las fiestas tengan que invertir decenas de horas en preparar unas infraestructuras que en cualquier otro pueblo de Navarra mucho más pequeño que Sanduzelai (12.000 habitantes) las proporciona el Ayuntamiento con sus recursos económicos y humanos”, manifiestan.

“No es normal que el Ayuntamiento no nos ayude a conseguir los enganches de luz para fiestas. No es normal que nos exijan colocar baños conectados a red y no nos adapten la toma de agua, y que además tengamos que pagarlos. No es normal que desde el área de cultura aún no nos hayan enviado el convenio, ni hablado con nosotras. No nos parece normal que sea la coordinadora la que tenga que avisar de los cortes de carreteras para hacer los encierros infantiles a través de carteles, en vez del Ayuntamiento”. 

“No tiene ninguna lógica que las fiestas de los barrios no contemos con apenas subvenciones y que además conseguirlas sea a través de una concurrencia competitiva que hace que si uno se lleva más otro se lleve menos. Y encima presentarse es una carrera de obstáculos burocráticos impresionante y una tremenda inversión de tiempo. Y así una larga lista de requerimientos obligatorios para realizar unas fiestas en las que todo lo recaudado tanto en los comercios, vecindario y las barras se destina a sufragar todos los gastos de infraestructuras”, remarcan.

Los colectivos organizadores critican que el Consistorio percibe las fiestas de los barrios como “amenazas, sin ningún reconocimiento a lo que estás aportan a la convivencia y la cultura”, y reclaman que se reconozcan las fiestas de los barrios como algo enriquecedor para la cultura y la diversidad, como punto de encuentro entre vecinas y vecinos y espacio de colaboración y disfrute. “Una Coordinadora Cultural debe organizar la cultura, no la infraestructura”.