Treinta años como castañero en la calle San Ignacio de Pamplona y otros tantos como cuentacuentos en colegios de Navarra, Álava y La Rioja. Ahí es nada. Es el currículum de Joseba de Echarri, un popular personaje que, aunque a él se le suele olvidar comentarlo, es un empresario de éxito en Navarra en el sector de la jardinería.
Lo de castañero fue una salida laboral en su momento y lo de cuentacuentos, una vocación que descubrió por casualidad en 1993. Desde entonces, las historias de su personaje, el Enanito Fermín, han llegado a ocupar las páginas de cuatro libros y son ya conocidas por miles de niños de 3 a 6 años.
Es una actividad que mantendrá "hasta que el cuerpo aguante", afirma este pamplonés de sesenta años en una entrevista con EFE.
El Enanito Fermín, en cuentos como El niño que no sabía jugar, Fermín los niños y las niñas o Fermín el Agua, escritos por Joseba de Echarri e ilustrados por César Oroz, trata temas de actualidad que guardan siempre una moraleja.
Así, la ecología, la igualdad entre géneros o la necesidad de jugar son algunos de esos argumentos. Como no podía ser de otra forma, los envoltorios de papel para las castañas contienen también cuentos, y llevan una bolsa para recoger los residuos y no manchar las calles.
De músico a castañero
Pero no fue esta la primera vocación de Joseba: "Yo hasta los treinta años intenté vivir de la música, pero descubrí que iba a pasar mucha hambre. Y entonces, pues dejé la música y empecé con las castañas como salida laboral y luego, pues todo vino en cadena".
"Yo no busqué vender castañas, yo cantaba y tocaba la batería" en el conocido grupo los Guajolotes. Llegó un momento en el que, después de quince años en Radio Paraíso, en la música, en el mundo de los conciertos, "no tenía ningún oficio ni beneficio" y "me puse a vender castañas como quien se apunta a la Volkswagen", ha relatado.
Su vida dio giro inesperado cuando le llamaron de un colegio para que fuera a repartir castañas entre los niños y una profesora le propuso que además contara un cuento. "Entonces tenía una hija recién nacida y estaba un poco hecho al tema de contar cuentos. Conté un cuento que me inventé y al final, sin quererlo, inventé el personaje" del Enanito Fermín.
El Enanito Fermín es un personaje que vive dentro de su castañera y que "todos los otoños llega de nuevo a los coles y a mis libros. Cada año le suceden diferentes cosas; siempre intento que lo que le suceda sean cosas con nociones de ecología, naturaleza, valores".
Después de treinta años, "a donde hemos llegado es una barbaridad", ha señalado Joseba, que calcula que cada año entre 20.000 y 25.000 niños escuchan sus cuentos. Siempre niños de 3 a 6 años: "Nunca cuento a niños mayores de 6, eso los dejo para sus padres, yo tengo esa franja que es la que me gusta, que todavía no están maleados, tienen la imaginación libre y yo, como tengo el síndrome de Peter Pan, pues me acoplo muy bien a ellos".
Un empresario de éxito
Aunque el oficio de castañero no era suficiente para vivir todo el año y Joseba, de espíritu emprendedor, montó un puesto de helados cerca de la plaza de toros de Pamplona. "Pero claro, estar todo el día en la calle es muy duro" y se apuntó a un curso de jardinería con el que, poco a poco... ha acabado al frente de una de las empresas con mayor crecimiento en Navarra en los últimos años.
Con 35 empleados a su cargo, Joseba buscó un gerente para su empresa que le permitiera seguir acudiendo puntual a su puesto de castañas. "Estoy encantado para poder venir aquí. Es más, yo aquí no vengo por hacer negocio", reconoce Joseba, que vende sus castañas en un remolque acristalado con espacio para su castañera, un pequeño rincón de cuentacuentos e incluso un belén con movimiento.
Pero los años van pasando y "cada día vengo más tarde y me voy más pronto; lo que no voy a dejar nunca son los colegios", afirma este cuentacuentos, que subraya que lo más gratificante es que los niños de esa edad "están vírgenes, no tienen malicia".