Su objetivo es acercar su música más allá del calendario festivo habitual, “que la gaita no se asocie solo a las comparsas de gigantes y cabezudos y a las danzas, que es lo que más hay. Queremos normalizarlo y que en un día como hoy haya música de gaiteros, que tengan su presencia”, destaca Aitor Pérez Mangado.

El grupo de gaiteros-dulzaineros Haizeberri de Pamplona ha celebrado este viernes la décima edición de un Haizeberri Eguna que anima las calles del Casco Viejo desde el año 2013, con una única ausencia en 2020 como consecuencia de la pandemia. Dianas desde las 9.30 horas, un pasacalles que arrancó a mediodía desde la calle del Carmen y la posterior comida en la Peña El Bullicio Pamplonés han completado la jornada de la agrupación, acompañada en esta ocasión por gaiteros invitados de Gares, Orísoain y Bilbao. Unos 25 gaiteros en total, la cita más numerosa hasta la fecha.

Es un día muy especial que nos gusta mucho. Durante el año estamos tocando y hacemos actuaciones grupales, pero no solemos juntarnos todos por temas de trabajo. Ahora no tenemos actuaciones y estamos más libres porque han parado la época festiva, y es un día que reservamos todos los años en el calendario. Sobre todo es una excusa para juntarnos y estar un rato... y alrededor de una mesa mucho mejor”, reconoce Aitor. 

A sus 28 años, este gaitero capitanea desde sus orígenes un grupo creado de forma oficial en 2012. “Empezó un poco de casualidad, como todas las cosas. Yo ya tocaba la gaita y el tambor en otro grupo, y un día de cena con unos amigos me propusieron, ‘oye, Aitor, enséñanos a tocar la gaita’. Conseguimos unas gaitas que nos dejaron del grupo que estaba, y de una forma súper precaria, ensayando algunos días en la calle, en la Casa de la Juventud, algún Civivox y en el local de un familiar del grupo empezamos a ensayar”, recuerda.

En febrero de 2012 debutaron con su primera actuación. “Preparamos 4 o 5 piezas y nos quedamos contentos.Empezó un poco informal, fue cogiendo fuerza y ahora estamos más de 20 personas entre escuela y músicos que ya tocamos, y ya tenemos un estatus y asentamiento en Pamplona importante, dentro del folklore y los grupos de música de aquí”. Desde muy pequeño a Aitor le ha gustado los gigantes y el folklore, en 2008 aprendió a tocar el tambor en la Asociación de Vecinos del Casco Viejo y un año después se incorporó al grupo Ezpelur de Barañáin, donde comenzó con la gaita. “Ahí estuve tres años y paralelamente empecé con Haizeberri. Al principio era un proyecto más entre amigos, pero como fue cogiendo peso tuve que dejar el otro grupo”.

Escuela de gaiteros

Desde su nacimiento, Haizeberri ha dado importancia al aprendizaje de la gaita. Comenzaron con la escuela en 2013 y en 2017 compraron un local en el barrio de San Juan “y la escuela cogió más fuerza. Tras varios años de trabajo en la escuela hemos conseguido crear un grupo bastante estable, con ganas de aprender y de seguir trabajando”, destaca Aitor, que declara su intención de recuperar el ciclo de dianas entre amigos y anuncia para 2024 una concentración de gaiteros.

Componentes de Haizeberri, junto con gaiteros invitados de Gares, Orísoain y Bilbao, a las puertas de la peña El Bullicio Pamplonés donde han celebrado la comida. Iban Aguinaga