La reparación de la presa de Santa Engracia en el río Arga en Pamplona sigue sin estar nada clara.

Pese el persistente interés del Ayuntamiento en recuperar el azud, el proyecto se encuentra pendiente de la autorización de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), el organismo competente que hace dos años ya rechazó el primer proyecto de restauración presentado por el anterior equipo de Gobierno y que ahora tiene sobre la mesa un segundo expediente, que también fue tramitado por el exalcalde Enrique Maya, sobre el que todavía no ha tomado una decisión definitiva.

Con la llegada a la Alcaldía de Cristina Ibarrola el asunto ha tenido un nuevo giro de guión. UPN decidió tirar por elevación y además de Santa Engracia tiene la intención de restaurar también los azudes de Caparroso, Ciganda, y Biurdana, para lo que ha propuesto incluirlos dentro del catálogo municipal de bienes protegidos.

Esto requiere de una modificación pormenorizada del Catálogo del Plan Municipal, que ya cuenta con el visto bueno de la Dirección General de Cultura-Institución Príncipe de Viana del Gobierno de Navarra, y de la posterior aprobación por parte del Pleno del Ayuntamiento de Pamplona.

A partir de ese momento, y al margen de la calificación histórica que obtengan los citados azudes, cualquier proyecto de restauración que se pretenda realizar necesitará la autorización expresa de la CHE.

Su presidenta, María Dolores Pascual, se refirió a este asunto hace unos pocos días, durante su estancia en Pamplona para asistir a la exposición organizada por la Mancomunidad de la Comarca con motivo de los 50 años del embalse de Eugi.

María Dolores Pascual y el presidente de la MCP, David Campión, en la inauguración de la exposición '50 años del embalse de Eugi. Iban Aguinaga

La presidenta de la CHE fue preguntada en concreto por la presa de Santa Engracia y aludió a los distintos posicionamientos que ha tenido el Ayuntamiento de Pamplona: “Hay que recordar que ha habido un cambio de opiniones y en este caso concreto la prioridad para la Confederación es el río y el buen estado de ese tramo fluvial”.

“Ya no es que sea una política de la Confederación, es que las políticas medioambientales de la Unión Europea van en la misma dirección, hacia la recuperación de los ríos"

María Dolores Pascual - Presidenta de la Confederación Hidrográfica del Ebro

Dolores Pascual comentó que la eliminación de los azudes constituye una prioridad de las políticas medioambientales españolas y comunitarias. “Ya no es que sea una política de la Confederación, es que las políticas medioambientales de la Unión Europea van en la misma dirección, hacia la recuperación de los ríos. Dentro de esas estrategias, una de las herramientas fundamentales es la recuperación longitudinal de los cauces, lo que supone eliminar cuando sea posible obstáculos que no tengan un fin concreto. Esta es una política que mantiene la Unión Europea y el Ministerio, y por tanto la Confederación”.

La presidenta de la CHE comentó que el Gobierno de Navarra también está en esa misma: “Hay que ir a los casos concretos y me consta que también desde la Comunidad Foral se plantea de una manera muy decidida la recuperación fluvial a través de la eliminación de obstáculos”.

La prioridad, el río

Con respecto al caso concreto del azud de Santa Engracia, Dolores Pascual aseguró que “tal y como está ahora no supone un obstáculo excesivo al régimen de corrientes” y comentó que la CHE tiene que “valorar si tiene un uso”.

Sobre la primera propuesta del Ayuntamiento de Pamplona que fue rechazado por la Confederación, su presidenta indicó que “en ese momento nos pareció que el proyecto que planteaba el Ayuntamiento no era asumible, porque sí suponía un obstáculo al régimen de corrientes. Así le indicó al Ayuntamiento a través de una resolución firmada hace un par de años”.

También hizo referencia a uno de los puntos incluidos en la citada resolución, que dejaba la puerta abierta al mantenimiento de algunos elementos atendiendo a su valor histórico bajo determinadas circunstancias: “Siempre que se permealizara, es decir, que tuviera una escala de peces y que no tuviera una cota determinada se podría plantear la conservación de alguno de los elementos del azud de Santa Engracia”.

La presidenta de la CHE aseguró que el segundo proyecto presentado por el Ayuntamiento está en tramitación y que es más respetuoso que el inicial, aunque para su aprobación deberá incluir todas las prescripciones.

A falta del dictamen definitivo, cabe recordar que el Gobierno de Navarra ya emitió un informe sobre esta segunda propuesta, a instancias de la propia Confederación, oponiéndose al nuevo proyecto ya que “no difiere demasiado del primero” ni “supone una variación significativa en lo referente a los impactos que esta infraestructura genera en el cauce y expuestos en el informe emitido por el Servicio de Biodiversidad”.

Rotura de la presa

La presa de Santa Engracia sufrió una rotura parcial en su zona central a finales de 2017 por culpa de las riadas. La propuesta para repararla se planteó en 2020 a la Confederación, que en junio de 2021 emitió un informe para rechazar el proyecto con el argumento de que la eliminación de la presa suponía “una importante mejora hidráulica, ecológica, paisajística y ambiental” y que “liberará al río del obstáculo de las corrientes, recuperando lo máximo posible su continuidad longitudinal, y permitiendo el paso de peces y el transporte de sedimentos”.

En esa misma resolución, la CHE dio un plazo al Ayuntamiento para presentar un proyecto de demolición de la citada presa. No lo hizo y presentó un recurso contra el dictamen de Confederación, que fue desestimado, lo mismo que sucedió después con un recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de Navarra.

Finalmente, el Ayuntamiento renunció a continuar con el proceso judicial y aceptó los criterios de la CHE, que atendiendo al valor histórico de la presa y dado que se encuentra en tramo urbano, dejó una puerta abierta a la posible permanencia de los restos originales del azud, aunque con condiciones muy concretas y “siempre que no sea obstáculo para el paso de peces ni al régimen de corrientes”.

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Fue en este contexto cuando Maya presentó el segundo proyecto de reparación, que proponía reconstruir el azud de Santa Engracia con los mismos materiales y el sistema constructivo empleado en sus orígenes, así como eliminar el pretil de hormigón que tiene, lo que supondría una reducción de la cota actual entre 20 y 25 centímetros menos.

El pasado 27 de septiembre el Ayuntamiento informó de que proponía incluir los azudes de Caparroso, Ciganda, Santa Engracia y Biurdana dentro del catálogo municipal de bienes protegidos.