En pleno Camino de Santiago, en el barrio de la Magdalena, acaba de hacerse pública una promoción de 6 viviendas de lujo en un edificio histórico (se calcula que sus pisos datan de 1854), y que albergó en sus bajos una curtiduría. El cartel cuelga desde este martes de la fachada que da al río Arga, junto a la tapia del antiguo convento de las Josefinas. Se trata de la primera promoción de pisos de nueva construcción que se pone en marcha en el barrio de la Magdalena, una zona histórica donde todavía persisten una veintena de viviendas de las que no hay ninguna en venta.

El edificio donde se anuncia el proyecto inmobiliario está situado en el chaflán del camino de Burlada, junto al puente viejo, por lo que es un mirador privilegiado del perfil histórico de la ciudad. Y precisamente esta ubicación es la que ponen en valor los promotores del proyecto. Preguntado al respecto, Fernando, de la firma que está promoviendo la iniciativa, explicó que la zona “es una maravilla y permite estar en la naturaleza y muy cerca del centro de Pamplona”. 

Imagen de Casa Recalde, junto al puente de la Magdalena, con el cartel que anuncia las viviendas de lujo. Iban Aguinaga

El anuncio está generando mucha expectación: “Lleva un día y hemos tenido varias llamadas, aunque ahora hay que ver si se venden para empezar a ponerla en marcha, lo que nos gustaría para este otoño”, añadió. Se trata, según confirmó, de 6 viviendas de 1 y 2 dormitorios, que irán en los pisos primero y segundo: “Todos ellos, apartamentos muy coquetos y los superiores, de tipo abuhardillado”. No habrá garajes en sótano, confirmó, dada su cercanía con el río, por lo que se han proyectado en planta baja. “Hemos realizado todos los estudios pertinentes”, dijo. El edificio está situado en pleno Camino de Santiago, por lo que debe proteger su imagen original.

Habitada hasta hace dos años

Casa Recalde, que era propiedad de la familia Urmeneta, estuvo alquilada desde principios del siglo XX a la familia Recalde. Así lo recuerda Puy Recalde, quien vivió allí durante casi 30 años, y que acaba de recibir “con sorpresa” la noticia de la promoción. Es nieta de Olegario Recalde y Dolores Lacabe, que ya tenían alquiladas las cuadras en los bajos de aquel inmueble en 1919: “Mi abuelo pintaba en el portal la altura que había subido el río, y en aquel año llegó a metro y medio”, recuerda.

La casa ahora en venta (al fondo a la dcha), en una imagen histórica de 1950, junto al río Arga y el puente de la Magdalena. ARCHIVO MUNICIPAL DE PAMPLONA

La familia Recalde se trasladaría a vivir allí definitivamente en 1928 con sus 5 hijos, y uno de ellos, Ángel, continuó después de inquilino, con su mujer, Chelo Onís, y sus 7 hijos, entre ellos Puy, que vivió en esta casa durante varias décadas, por eso le tiene tanto cariño: “Hemos vivido cuatro generaciones”, señala Puy.

“Mi padre siempre quiso comprar la casa, pero no se la vendían”. Ángel Recalde, que así se llamaba, murió en 2010, pero la casa siguió alquilada por su mujer, Chelo, hasta hace dos años, cuando ésta falleció. “En la planta baja, mi abuelo tenía las cuadras, donde había los animales, gallinas, cerdos, palomas... Recuerdo en una riada verle cargar los cutos en la barca y acabar todos en el agua”, indicó Puy.

“En el primer piso vivíamos nosotros, en una casa con 6 habitaciones, preciosa”. También en el primero estaban los Beaumont, “que se marcharon en los 70”, y ya en el segundo piso vivían el matrimonio de Luis Mezquíriz y su esposa Bárbara, y los hermanos Erdociáin, Joaquín y Joaquina, que también se fueron

Los últimos fueron los Recalde, por eso para Puy el barrio de la Magdalena “es mi vida”. Y allí siguió, ya que desde los años 80 vive en la Casa del Pastor o Casa de Erro.

Albergó una curtiduría en planta baja

Casa Recalde pudo haberse llamado antes Casa Curtidores, ya que en el siglo XIX albergó en su planta baja una curtiduría, y, de hecho, allí deben de quedar todavía restos de los lagos, pequeños pozos donde las pieles eran puestas a remojo. El historiador y etnógrafo David Mariezkurrena recuerda haberlos visto. Él conoce bien el barrio de la Magdalena, no en vano su madre nació en la Casa de las Moscas, situada junto a Casa Recalde, un edificio donde durante años fue famosa la tasca de las Moscas o tasca de la Juanita, su abuela. Según los trabajos de Mariezkurrena, la Magdalena fue también zona de curtidores, como lo fue la Rochapea. “En torno al viejo puente de la Magdalena también estuvieron presentes los artesanos encargados de transformar el basto pellejo de los animales en cuero válido”. En esos lagos las pieles eran tratadas con los llamados curtientes, sustancias obtenidas de las cortezas de ciertos árboles, en Navarra el roble y la encina. Se obtenía así el tanino o tan, con el que se trataba la piel, tras haber pasado por cal viva y agua.

A la izda, Casa Recalde y la Casa de las Moscas, en una crecida del Arga en diciembre de 1964. ARCHIVO MUNICIPAL DE PAMPLONA