Feria de Navidad en Pamplona: un kiosko entre casetas
La Feria regresa a la Plaza del Castillo y hasta el próximo 6 de enero conquista el epicentro de la ciudad con 29 puestos y más de 1.300 productos de alimentación y artesanía
Entre más de 1.300 productos hay donde elegir. Se compre o no, siempre es un buen plan dar un paseo y curiosear. Tras el traslado a Sarasate en la pasada edición, para alegría de los artesanos la Feria de Navidad ha regresado a la Plaza del Castillo de la capital navarra, acorralando a su kiosko con 29 casetas de alimentación y artesanía. Productos de calidad, de todo un poco y de todas partes, principalmente de Navarra pero también de Aragón, La Rioja, la CAV y Castilla y León.
Los pamploneses Mikel e Iker montaron hace una década Lorez Lore. “Vendemos miel artesana de Navarra que hacemos en nuestras colmenas. Hacemos trashumancia, por eso tenemos diferentes mieles. Desde una miel de una era –de la zona de Gallipienzo y la cuenca de Pamplona– la milflores de primavera con romero y tomillo. Y en verano las subimos a la montaña, a la sierra de Andia, Orreaga o Ultzama, con el brezo, castaño...”, resume Mikel.
Estos artesanos están “contentos de tener un espacio en el epicentro de Iruña, y con ilusión de trabajar bien”. Y reconocen que “en esta época a la gente no le falta el dinero, son épocas de gastar. Y nuestro producto es especial, no para navidades en sí sino para el invierno, que es lo que viene ahora. Nos viene muy bien una feria en estas fechas”.
José Vicente Beraiz representa a Alfarería Antonio Naharro, “que es mi suegro”. Vienen de Navarrete y todos los años traen su cerámica a Pamplona. “Una cosa que vendemos mucho son los cerditos de hucha, hay mucha gente que la rompe cada año y viene a buscarlas. También las cazuelas para el asado, tazas, cosas de decoración... todo del mundo del barro”.
Dice que “Pamplona siempre responde bien, y aquí en la Plaza del Castillo mejor todavía. La Feria de Navidad es un empujón importante para la economía del invierno. Y aquí estamos para que la gente venga, que vea lo que tenemos y se animen a comprar”, afirma.
Hace 35 años nació en Altasasu Katealde, dedicada a productos de pato y oca. “foie, patés, confit... hay alguna cosita de cerdo, pero sobre todo pato y oca”, asegura Patxi Arakama sobre su empresa “familiar. Estamos mi cuñado y yo, y luego la familia ayuda. Aquí trabajamos todos”. Durante el año venden con distribuidores a nivel nacional, “con alguna cosilla de exportación”, tienen una tienda en la misma fábrica y hacen ferias: “Le pegamos a todos los palos”. El suyo es un producto “artesano, hecho con cariño. Manejamos toda la materia prima desde el inicio. No hacemos grandes volúmenes, pero sí nos preocupa que la calidad sea la máxima”.
Siempre vienen a esta Feria porque “somos profetas en nuestra tierra, estamos contentos. Y nuestro producto es muy de Navidad. Es una feria importante para nosotros”, añade Arakama, que invita al público a asomarse por su caseta. “Que vengan, que prueben el producto y que pregunten todo lo que quieran, que después de 35 años algo sabemos de esto”.
Desde Huarte Silvia Feliba ofrece en su puesto de Mil Cositos artesanía con papel. “Hago cosas con tiras de papel y lo convino con materiales reciclados, de la naturaleza...”, dice. En su puesto, por ejemplo, se pueden encontrar cuadros de árboles “hechos con ramas de tomillo y el follaje con papel, que es algo muy curioso. No conozco a nadie que haga lo mismo que yo”, defiende. También cuenta con bisutería; pulseras, anillos, collares, pendientes, broches y todo tipo de complementos. “Tengo muchas cosas nuevas y divertidas”.
Los hermanos Enrique y Jesús Orta, junto con la mujer del primero Pili, acumulan 55 años de oficio trabajando la madera de boj y olivo, “porque son las dos más fuertes para uso alimentario y además no tienen poro, para que no absorban el alimento”, comenta Jesús.
En su taller de Cascante elaboran tablas, morteros, cubiertos, hojas para servir alimentos, palos de la miel, salseras y ensaladeras pueblan su puesto, útiles que también venden a los mejores restauradores del país, afirma Jesús. A Enrique le da igual si es en la Plaza del Castillo, Sarasate o Plaza de la Cruz, donde también se ha celebrado alguna edición. En la Feria de Navidad el público “siempre responde. A Pamplona le gusta la feria y le gusta la artesanía”, asegura.
Pedro Cortés es “el último juguetero artesanal de Aragón y Navarra”. Viene de Zaragoza y sus abuelos eran de Cortes. “Tengo sangre navarra, por eso me dejan venir”, se ríe. En Micifú Juegos ofrece “todo tipo de juegos didácticos para estimular motricidad, memoria, imaginación, etc... Juegos interesantísimos además, y para todos los públicos. Desde bebés a partir de cinco meses hasta los 95, 100, 105 años, lo que el cuerpo aguante. Y también unas flores de madera bien bonitas que tenemos aquí”. Cortés está encantado de regresar a la Feria de la Plaza del Castillo: “Pamplona es uno de los mejores sitios para vender cosas de calidad, porque la gente entiende. Que no es poco”.
Desde el pasado julio Isidre Guitart es responsable de Embutidos El Bordón, de Viana. Se centran en los curados, “desde la sarta, dulce, picante y muy picante, que esa es una curiosidad; los culares, con salchichón y chorizo, también el salchichón trufado, que está muy rico, y lo más característico de El Bordón: la caza”, con chorizo de ciervo o jabalí. También tienen embutido de toro. “e incluso hemos hecho algunas pruebas con salchichón de pato o de vaca madura, que sacaremos a partir del año que viene”. Txistorra, lomo, cabezada y panceta completan un estand que da hambre al mirar.
El puesto de Kurunkun txongiloak, artesanos de títeres de Ilzarbe, adorna la feria con “marionetas de diferentes tejidos; de algodón, poliester, de cuerpo entero, de solo una mano... Puedes encontrar un montón de animalicos, fieros o entrañables pero todos con una sonrisa”, resume Danel Iñurritegi, al frente del negocio junto con Izaskun Robledo.
“Aquí los niños van a encontrar un amigo con el que disfrutar, con el que poder trabajar las emociones; jugar con el miedo, la risa... y las historias que se puedan montar. Y no solo es para niños. Vienen muchos adultos a comprar marionetas, porque se dedican a contar cuentos, o son profesores o terapeutas y es una herramienta que les ayuda, o se llevan marionetas para ellos”.
Esta es su segunda feria de Navidad, y reconoce que “para nosotros es importante. Al estar muchos días viene gente que nos conoce y repite, que no nos conoce... Y te juntas con otros artesanos que vas conociendo. Ese encuentro es bonito”.
Temas
Más en Pamplona
-
E.Leclerc Pamplona celebra su VII Feria de la Cerveza y Comida Internacional con más de 100 marcas y 190 ofertas
-
Un pincho en favor de Adacen, propuesta de 24 establecimientos para la 'escalerica' sanferminera
-
El Ayuntamiento de Pamplona inicia los pasos para terminar el paseo Anelier en la Rochapea
-
El Mercado del Ensanche, aula del Basque Culinary Center