Los emprendedores Patricia Gracia Mosquera y Josu Gracia Altamira cogieron el pasado 4 de marzo las riendas de El Redín, que después de un cuarto de siglo cambia de dueños. Con una carta renovada, aunque con el producto y calidad de siempre, la pareja reabre de nuevo las puertas de este emblemático local en pleno corazón del Casco Viejo.
Tras un año de conversaciones, Patricia y Josu conquistaron a José Lara y Mariví Agudo, anteriores propietarios que no quisieron dejar a su niño en cualquier mano. “Nosotros no queríamos un bar de copas o de cervezas, deseábamos un restaurante con barra, un sitio donde la gente se sintiera cómoda, que socializara y disfrutara”, expresa el nuevo dueño. Un argumento que encajó con el proyecto familiar, de cocina tradicional y navarra que sus antecesores quisieron continuar en el que había sido su negocio durante 25 años.
Patricia sembró su pasión por los fogones desde muy chiquita, empapándose de la “cocina de negros” de La Selva, ubicada en el Pacífico Colombiano, en donde pasó su infancia y juventud. “Mi madre vendía hojas de plátano acompañadas de lo que mi padre había pescado”, recuerda.
Una receta que inspiró la carta de Sazón Pacífico, su primer restaurante, en Pereira, ciudad de la región de Eje cafetero. Con tan solo 25 años –ahora tiene 37– Patricia dirigió durante cuatro temporadas su casa de comidas especializada en pescados. Sin embargo, su situación personal la llevó a sustituir, temporalmente, los delantales por la peluquería, su otra pasión.
El éxito de su salón de belleza fue un gran impulso económico y revivió el deseo de Patricia de volver a estar entre fogones. “Tenía ganas de seguir escalando a nivel personal, creía que con mi forma de ser me iba a ir muy bien fuera de Colombia. Tomé la decisión y me vine directamente a Pamplona”, declara la propietaria.
Así, el 19 de noviembre de 2018, Patricia aterrizó en la Comunidad Foral, donde Josu la esperaba, dejando atrás su tierra y su gente. El Casco Viejo fue su primera parada turística. El Redín, por casualidad, su tercera o cuarta. “Visité este bar recién llegué. Me hice hasta una foto”, confiesa, sin pensar que siete años después sería la propietaria. “Nunca me imaginé que a día de hoy iba a ser mío”, reconoce.
Para Josu también fue una sorpresa hacerse con uno de los locales más emblemáticos del Casco Viejo, su barrio de toda la vida. El pamplonés, a pesar de no tener experiencia hostelera, es social, extrovertido y se siente cómodo tras la barra. “Como me dedicaba a otro ámbito no había tenido la oportunidad o la persona con la que involucrarme en un proyecto así”, atestigua.
La venta del Bar Redín hace más de un año fue la oportunidad perfecta para hacer el deseo de la pareja realidad. Así, la colombiana abandonó su puesto de dirigente del bar de las piscinas de la Rotxapea, que cubrió durante un año y al que tiene un enorme cariño, y juntos abrieron su propio negocio.
¿El lugar? Ambos lo tenían claro. “Me encanta el Casco Viejo, esta cultura hermosa que tiene Pamplona, entonces quería el Bar Redín”, admite ella. “Lo tenía seguro, yo soy de este barrio, nací en este barrio y vivo en este barrio”, insiste él. Una decisión y entrega que han llevado a esta pareja a hacerse con las llaves de su sueño gastronómico, respaldado con la ayuda su equipo. “La gente que entra al bar se sorprende al ver el buen ambiente que tenemos, tanta alegría y familiaridad”, declara la dueña.
“La gente que entra al bar se sorprende al ver el buen ambiente que tenemos, tanta alegría y familiaridad”
Con el producto de calidad garantizado, su menú de entre semana –18 euros– ofrece ensaladilla con boquerones, la favorita hasta ahora, huevo poché trufado con setas o confit de pato asado, entre otros. El fin de semana, el menú –35 euros– deleita a los comensales con un arroz marinero con langostinos o unos callos con manitas al estilo tradicional. Estos platos son solo una parte de sus delicias.
Además, los propietarios también están abiertos a propuestas por parte de su público. “Si nos contactan con antelación y nos dicen ‘quiero un menú sidrería’, se plantea y se prepara”, aclara Josu. “En breve, no sé cuándo, también iremos metiendo una carta un poco más especial, más elaborada con unos productos más específicos”, añade. Patricia, por su parte, sueña con traer la sazón de los productos de su tierra, “aunque sea para llevar”, sujeta.
Con capacidad de hasta 80 comensales, el Gastrobar El Redín sirve desde las 7.00 horas de lunes a domingo los pintxos, comidas y vermús de siempre, con novedades a las que el público “tendrá que estar muy atento”.