Decenas de bolsas de basura a rebosar ha sido el resultado de una dura jornada de trabajo en el edificio que albergaba la antigua Ikastola Jaso en Pamplona. El inmueble ha sido objeto este domingo de una intensiva limpieza en auzolan por parte de veinte jóvenes que pernoctan en el edificio y una decena de voluntarios de varias asociaciones que les apoyaron en la retirada de abundantes desperdicios. Pertrechados con palas y escobones, el grupo se ha afanado en intentar devolver al lugar unas las mínimas condiciones de higiene y salubridad.
La iniciativa surgió de una profesora que enseña castellano a los jóvenes en el Civivox de la Rochapea, vinculada a la asociación Apoyo Mutuo. “Nos pusimos en contacto con diferentes asociaciones, como PIM (Punto de Información del Migrante), Descalzos 70, Salhaketa y la Comunidad Musulmana, para intentar limpiar el edificio en el que hay multitud de basura, ratas... Puede ser un foco de infecciones para toda la población”, explica Mikel Otazu, de Apoyo Mutuo.
"Esta es su casa"
Los veinte jóvenes de origen magrebí, con edades que oscilan entre los 18 y los 35 años, usan el edificio para dormir, junto con otras 30 personas más. “La realidad es que esta es su casa y mientras el Ayuntamiento de Pamplona no les ofrezca una alternativa, se trata de que vivan con unas mínimas condiciones. Porque esto era totalmente inhumano y es inexplicable que nadie se preocupe”, asevera Otazu, que añade que “son unos chicos que han venido a buscarse su futuro y no puede ser que vivan así”.
Tras la limpieza, las bolsas de basura se han amontado en el exterior del edificio, con la esperanza de que “la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona venga a recogerlas. Hacemos un llamamiento para que así sea”, concluye Mikel Otazu.