Pamplona: una dantza para la efigie de San Miguel de Aralar
La catedral de Pamplona recibirá este martes a las 20.00 horas la figura del ángel con un baile realizado por el grupo Andartzeta
Tal y como versa la tradición, durante la semana siguiente a la Pascua de Resurrección, Pamplona recibió este lunes la efigie de San Miguel de Aralar. La figura accedió a la ciudad a través del portal de la Taconera, en donde protagonizó el mítico beso con el angelico de la Casa de la Misericordia, ante una cálida luz de abril y un apagón tecnológico a nivel internacional. Tras el recibimiento de las y los pamploneses, la imagen fue trasladada por la calle de San Antón –tal y como corresponde a los años impares– hasta la parroquia de San Nicolás para su veneración.
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Este año, como novedad, entre las 19.30 y las 19.45 horas, el grupo de dantza Andartzeta de Noáin –vestidos con los trajes que utilizaron para el ciclo Zaindaria– bailará troqueos al son de las campanas de la torre sur de la catedral de Pamplona, que tocarán Rosa Caballín, autora de la pieza, música y campanera de la catedral, junto con su marido Joaquín Corcuera. Esta idea nació en un ciclo de campaneros en Ciaurriz, una celebración que se organiza cada año y que, en esta ocasión, se invitó al grupo de dantza de Noáin. En el patio, antes de entrar a la iglesia, Caballín acompañó a las gaitas con las campanas de la torre. “En ese momento, se valoró la idea de hacer una danza cuyos instrumentos fueran las campanas en lugar de los txistus y gaitas porque creyeron que podría quedar muy bonito en el recibimiento de la efigie de San Miguel”, relató Pedro Romeo, colaborador del grupo Ardantzeta. A esta pieza de, aproximadamente, dos minutos le añadió la coreografía con el objetivo de recibir a la imagen de San Miguel con esta danza de salutación.
La efigie, tal y como explicó Romeo, “no viene a Pamplona y, de paso visita la catedral, sino que es al revés”. Y, en cuanto al motivo de esta visita, está relacionado con la celebración de la dedicación de la catedral en 1127. “Desde ese entonces, nos visita cada año y, para recibirla, sale cabildo catedralicio y el obispo”, explicó. Y, por primera vez en la historia, se añadirá a esta tradición la danza de Ardaintzeta que sobre todo destaca por esa melodía de las campanas. De esta forma, los músicos no verán a los dantzaris, por lo que habrá que “echar mucha atención a las notas” para poder hacer los golpes con las herramientas –espada y broquel, que forman parte de la iconografía de San Miguel de Noáin–.
Los dantzaris no pudieron ensayar previamente el troqueo debido a que no había posibilidad, así que “habrá mucha tensión y concentración para que haya precisión. Aunque sea difícil, yo no tengo duda de que esta actuación dará lugar a un acontecimiento brillante, muy especial y emotivo, además de que será un momento muy plástico y estético”, aseguró. Además, parece que el buen tiempo acompañará al acto, de manera que resultará más vistoso Solo falta “que no haya viento para que no se distorsione la audición de las campanas”, añadió, y San Miguel volverá a ser recibido, una vez más, por todo lo alto, entre repiques y bailes de troqueo.