Tres familias del barrio pamplonés de Buztintxuri han quedado sin hogar tras el incendio registrado el 28 de octubre en una vivienda. Aunque el fuego afectó directamente a un piso concreto, el humo y los restos tóxicos se extendieron a las viviendas colindantes, entre ellas la de una familia con tres menores, otra formada por una pareja con un bebé y una tercera monoparental con dos hijos. En total, cinco adultos y seis menores se han visto obligados a abandonar sus casas.
Los servicios de emergencia atendieron a siete personas por inhalación de humo aquel día, una de las cuales falleció tres días después. La aseguradora ha ofrecido alojamiento solo a los residentes del piso calcinado, dejando sin alternativa a las viviendas adyacentes pese a que los techos, paredes y estancias quedaron ennegrecidos y contaminados por hollín tóxico. Los afectados aseguran que no pueden volver mientras los inmuebles no se sometan a una limpieza y reparación profunda.
Ante la falta de respuesta por parte de la propiedad —la empresa Adania— y de la aseguradora, las familias han recurrido a los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Pamplona. La administración municipal trabaja en la búsqueda de una solución provisional y se intenta agilizar la opción de una vivienda de emergencia. Desde el consistorio se considera que el regreso a los pisos afectados no es viable por motivos de salud.
Mientras tanto, las familias dependen de la ayuda de amistades para dormir y cubrir necesidades básicas, una situación que se ha prolongado más de una semana y que consideran insostenible. Los afectados critican la actuación de la empresa propietaria y de la aseguradora, que incluso ha pasado el recibo del alquiler del mes pese a que no pueden residir en sus viviendas. Los damnificados estudian emprender acciones legales, aunque su prioridad inmediata es encontrar un lugar seguro donde vivir mientras se resuelve la situación.
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