Emotivo homenaje a Javier Urriza antes de su ultimo partido en el Labrit

El de ayer fue un día especial para Javier Urriza Torres(Pamplona, 9/11/1981). Otro más. A sus 43 años se encuentra inmerso en un carrusel de partidos de despedida que culminará el próximo 28 de junio, cuando cuelgue de manera definitiva el remonte en el frontón Galarreta de Hernani, con parada este sábado en el frontón Labrit de Pamplona, escenario en el que hace la friolera de 23 años, en 2002, se convirtió en campeón del mundo de paleta cuero. Cuatro después, en 2006, se hizo con el cetro mundial de pala corta. Y al año siguiente, sin experiencia previa, probó con el remonte. El resto de la historia se puede resumir con unos números de escándalo (1.200 partidos, 74 campeonatos, 30 txapelas) y un emotivo homenaje, el que le tributó un Labrit abarrotado con unas mil personas en las gradas.

Ganó Urriza su último partido en La Bombonera. Lo hizo en compañía de un colosal Azpiroz, junto al que batió en dos emocionantes mangas (15-8 y 15-13) a unos combativos Aldabe y Barrenetxea IV (en el primer partido, Ezkurra II y Juanenea ganaron 15-14, 12-15 y 8-3 a Ansa II-Larrañaga). Pero el mayor premio que se llevó el delantero pamplonés no fue la victoria, sino el cariño de un Labrit entregado y un buen puñado de regalos y sopresas.

Antes de saltar a cancha para el calentamiento previo, sus 19 compañeros de la empresa Oriamendi le hicieron un pasillo con los remontes en alto, todo ello aderezado con la música de la película Tiburón. Le tributó la grada del Labrit, puesta en pie, una ovación de varios minutos de duración que emocionó al pelotari, como también lo hizo la jota que le cantaron antes de jugar.

Sin embargo, lo mejor quedó reservado para el final, para después de un entretenido partido en el que Urriza dio la talla. Recibió obsequios de manos de Maider Beloki, concejala del Ayuntamiento de Pamplona; de Andrea Lusarreta, presidenta de la Federación Navarra de Pelota Vasca; de Mikel Erro, de Oberena, su club como palista hasta dar el salto al remonte profesional; de sus compañeros de Oriamendi, que le dedicaron unos divertidos bertsos en castellano; de sus ex compañeros en Oberena; de su cuadrilla; y de su familia.

Fue una fiesta que terminó de emocionar a un Urriza al que algunos de los que le conocen y que acudieron este sábado al Labrit le dedicaron algunas palabras bonitas. Como su madre, Resurrección Torres, Resu, para su hijo: “Es un crack y es una pena que su padre ya no esté aquí con nosotros para disfrutar de este momento tan maravilloso”. Seve Arcelus, su botillero de siempre, en paleta cuero, pala corta y también en remonte, tampoco se quiso perder la cita y dejó claro que “se retira en el momento ideal porque no puede seguir dedicándose al remonte como se merece el remonte y como se merece Javier Urriza”. Y remató el intendente de la empresa Oriamendi: “Le conozco desde el primer día que estuvo en el Euskal Jai Berri y en cuatro meses y medio cogió el nivel y a partir de ahí ha hecho 18 o 19 años de carrera”. Un millar de gracias, como las que le dieron este sábado.