lA toma de posesión de Yolanda Barcina como presidenta del Gobierno foral no será recordada precisamente por haber sido una ceremonia en la que la pluralidad de Navarra quedara reflejada entre sus asistentes. Más bien, sucedió al contrario. Regionalistas y socialistas, los nuevos socios del inédito Ejecutivo, coparon las posiciones en el coqueto atrio del Parlamento, engalanado para la ocasión con los escudos de todas las meridandes de la Comunidad y cubierto su techo con una fina lona para que la luz natural iluminara lo suficiente pero sin llegar al agobio.

Aproximadamente fueron 250 las personas que asistieron al acto, que se desarrolló conforme al guión previsto: juramento del cargo por parte de la nueva mandataria, protocolarios discursos de Alberto Catalán, presidente del Parlamento; Yolanda Barcina, desde ayer jefa del Gobierno de Navarra; y José Blanco, ministro de Fomento, vicesecretario general del PSOE y uno de los urdidores del acercamiento entre UPN y PSN que ha acabado en feliz matrimonio, al menos por el momento.

Entre quienes no quisieron perderse el histórico momento de ver tomar el mando a una mujer por vez primera fueron mayoría, como no podía ser de otra manera, los representantes de la clase política. Y ahí estuvo, en pleno, el saliente Gobierno en funciones, equipo del que solo repite Álvaro Miranda, que estaba radiante por continuar en el cargo -algo que confesó no saber hasta el último momento- y dispuesto a elaborar el anteproyecto de Presupuestos Generales de Navarra para 2012 para la primera semana de septiembre, como suele ser norma de la casa. No adelantó si estas cuentas sufrirán el temido tijeretazo, pero en esta ocasión podrá diseñarlas con la tranquilidad que supone tener su aprobación garantizada.

Compartieron primera fila con el consejero de Economía sus hasta hoy compañeros de Gabinete Javier Caballero, Maribel García Malo, Amelia Salanueva -quienes continuarán vinculados a la política como parlamentarios rasos del grupo de UPN-, además de María Kutz, Juan Ramón Corpas, Laura Alba y José María Roig, -a quienes les ha llegado la hora de emprender otro rumbo profesional-. No muy lejos de ellos estuvieron quienes hoy tomarán el testigo para llevar los designios de los distintos departamentos del Gobierno, como el nuevo vicepresidente primero, Roberto Jiménez; y los nombrados consejeros Juan Luis Sánchez de Muniáin, José Iribas, Marta Vera, Lourdes Goicoechea, Elena Torres y Anai Astiz.

También tuvieron su cota de protagonismo la delega del Gobierno en Navarra, Elma Saiz, y el ya expresidente Miguel Sanz, acompañado de su esposa Villar López, así como quienes desempeñaron este mismo cargo en el pasado Jaime Ignacio del Burgo, Juan Manuel Arza y Juan Cruz Alli. De todos los máximos mandatarios de la etapa democrática faltaron, como siempre, los dos que salieron por la puerta de atrás: Gabriel Urralburu y Javier Otano.

De entre los expresidentes del Parlamento sólo se dejaron ver Javier Gómara, Lola Eguren, Rafael Gurrea y Elena Torres, quien este mediodía se convertirá en la consejera de Política Social, Igualdad, Deporte y Juventud, y que no ocultaba su satisfacción, mezclada con responsabilidad, por la tarea que le espera el próximo cuatrienio.

También en primera fila, pero separados por el pasillo central, estaban casi todos los miembros de la Mesa y la Junta de Portavoces de la Cámara foral. Entre ellos, el regionalista Carlos García Adanero; los socialistas Maite Esporrín y Samuel Caro; Patxi Zabaleta y Txentxo Jiménez, de Nafarroa Bai; Koldo Amezketa, de Bildu; Ana Beltrán, del PPN, y José Miguel Nuin, de Izquierda-Ezkerra. Fueron sonadas las ausencias de Santiago Cervera (PPN), quien prefirió asistir a la inauguración del campus de verano de la FAES que dirige José María Aznar, así como de los portavoces de Bildu, Bakartxo Ruiz y Maiorga Ramirez, que a la misma hora se concentraron delante del Ayuntamiento de Pamplona en apoyo a los ocho juzgados bajo la acusación de intentar reconstruir Batasuna.

Inmediatamente detrás de ellos se acomodaron todos los parlamentarios de UPN y del PSN, el resto de aforados del PPN -Eloy Villanueva y Amaya Zarranz- y de Izquierda-Ezkerra -Marisa de Simón y Txema Mauleón- y Fernando Ibiltzieta, de Bildu.

De entre la amplísima nómina de la clase política que se acercó al Legislativo, estaban los diputados socialistas Juan Moscoso y María José Fernández y los senadores María Caballero (UPN), José Cruz Pérez Lapazarán (PP) y José Ignacio Palacios (PP), asi como su compañero de filas Pablo Zalba, diputado en la Eurocámara.

Exigua a más no poder fue la representación de polìticos allende la muga de Navarra, limitada al mencionado Blanco y al presidente de La Rioja, Pedro Sanz, que devolvió de esta forma la visita de cortesía que Barcina le hizo el sábado pasado en su toma de posesión. No se desplazaron, sin embargo, hasta la capital navarra ningún otro de los presidentes de Gobierno de las comunidades cercanas que habían sido invitados, como Patxi López (CAV), Marcelino Iglesias (Aragón), Ignacio Diego (Cantabria) y Juan Vicente Herrera (Castilla y León), ni de sus respectivos parlamentos.

Mínima fue también la presencia del mundo sindical, reducida al secretario general de UGT, Juan Goyen. CCOO, ELA, LAB declinaron asistir, mientras que Félix Bariain, presidente de UAGN, optó por adherirse a las protestas convocadas frente al Parlamento foral por la supresión de la consejería específica que atienda las necesidades del sector primario.

De las organizaciones empresariales estuvieron el presidente de la CEN, José Antonio Sarría, y su homónimo de ANEL, Luis María Gallo. Y entre los empresarios sobresalieron Fermín Elizalde, amigo íntimo de Sanz a quien se le vio en distendida charla con Marta Vera; otro buen amigo del expresidente como Antonio Catalán; el constructor Fernando Vidaurre, muy vinculado a Barcina; y el hotelero Ángel María Ansó.

De Caja Navarra asistió su secretario general, Alberto Pascual, y de la Cámara de Comercio, su presidente, Javier Taberna.

Otras instituciones representadas en el acto fueron la Cámara de Comptos, que contó con su actual presidente, Helio Robleda, y su antecesor en el cargo, Luis Muñoz. De la UPNA acudió su rector, Julio Lafuente, y de la iglesia, su arzobispo, monseñor Francisco Pérez.

Los municipios contaron con la presencia del presidente de la Federación Navarra, Jesús María García Antón, además al menos de los alcaldes de Pamplona, Enrique Maya -también estuvo su jefe de Gabinete, Juan Echenique-, de Tafalla, Cristina Sota, de Burlada, Juan Carlos González y de Zizur Mayor, Luis Mari Iriarte.

Del deporte, además del director del Instituto Navarro del Deporte, José Javier Esparza -quien en breve será relevado por Miguel Ángel Pozueta-, acudieron los presidentes del Itxako, Miguel Bujanda, y de Obenasa, Vicente Santesteban.

Tampoco se perdieron la cita el Defensor del Pueblo, Javier Enériz; el comandante militar de Navarra, José Ignacio González Arteaga; los presidentes de la Federación de Casas Regionales, Benjamín Arca, y de la Federación de Hogares navarros, Rosa Mary Ibáñez; el delegado de la Asociación Víctimas del Terrorismo en Navarra, Salvador Ulayar; y el jefe de la Policía Municipal de Pamplona, Simón Santamaría.