vitoria - El constructor Prudencio Hierro admitió ayer que se ofreció a pagar ficticiamente a Alfredo de Miguel las facturas por las obras del piso de veraneo en Gorliz del político para que así el exburukide del PNV en Álava se ahorrara cerca de 6.000 euros en IVA y el empresario, por su parte, obtuviera desgravaciones en el Impuesto de Sociedades. Ratificaba así la declaración efectuada la semana pasada por el propio De Miguel, pero con un matiz. Hierro, a preguntas de la Fiscalía, acabó reconociendo que realizó este ofrecimiento por la condición de De Miguel de diputado foral, lo que podría probar un delito de cohecho impropio.
A diferencia del resto de acusados que hasta ahora han declarado en el macrojuicio por la presunta trama corrupta, Hierro aceptó contestar al ministerio fiscal, lo que apunta a un pacto que el acusado rechazó confirmar. En todo caso, solo aceptó, y no sin reticencias, que trató de sacar beneficio del cargo público de De Miguel y que éste aceptó. “Siempre ayuda”, dijo, que la otra parte ocupe un puesto institucional. El fiscal le preguntó si le ofreció eludir el IVA “por su cargo”, y del “probablemente sí” inicial pasó a un “está claro que sí”. Sin embargo, a renglón seguido reflexionó sobre lo que a él le ha supuesto la “tontería como un templo” que hizo al proponer a De Miguel el fraude fiscal, y además negó que hubiera algo más detrás de aquella operación. Hierro aseguró que no hubo pagos de comisiones de por medio y que el entonces diputado le fue devolviendo el dinero según le llegaban al empresario las facturas del coordinador de gremios de Bilbao que hizo la obra.
Así pues, Hierro rechazó que pagara la reforma a cambio de que se amañara el concurso por el que se le adjudicó a su empresa un contrato en Lautadako Industrialdea, convocatoria a la que se presentó su firma, la de su hermana y la de un empresario que en su día trabajó para Hierro, y que ganó éste último.
En todo caso, sus intenciones con respecto al aprovechamiento del cargo de De Miguel tienen sus implicaciones y en ese sentido el abogado del exdiputado le preguntó si en 2006, cuando el principal acusado aún no era diputado foral, habría hecho lo mismo. “No se dio el caso”, se limitó a contestar Hierro, arrepentido de la propuesta realizada a De Miguel.
También ayer declaró la hermana de De Miguel y contable de la empresa Kataia, Aintzane de Miguel, que al margen de reconocer que se emitieron algunas facturas sin IVA, ratificó sin abundar en detalles (solo respondió a su abogado) que Kataia era una empresa real en la que ella no tenía ninguna capacidad de gestión.
No colaboró tampoco con la Fiscalía Jon Iñaki Etxaburu, empresario que supuestamente endosó el pago de una mordida destinada a De Miguel a su exsocia Ainhoa Alberdi, que fue quien destapó la presunta trama. Etxaburu negó haber pagado comisiones irregulares.
Por su parte, Araceli Bajo e Iratxe Gaztelu-Urrutia, esposas de Aitor Telleria y Koldo Otxandiano, respectivamente, siguieron la línea de la mujer de De Miguel y afirmaron desconocer las presuntas actividades ilícitas de sus maridos. - Txus Díez