pamplona - En una aseveración que ha perdurado en el tiempo, fue Felipe González quien asimiló a los expresidentes con los jarrones chinos. “Los expresidentes son como grandes jarrones chinos en apartamentos pequeños. Se supone que tienen valor y nadie se atreve a tirarlos a la basura, pero en realidad estorban en todas partes”, afirmó hace años. Ayer, el expresidente español y exlíder del PSOE volvió al primer plano de la actualidad política para criticar la coalición de gobierno con Unidas Podemos y, sobre todo, que el Ejecutivo de Pedro Sánchez se apoye en los votos de EH Bildu y ERC para sacar adelante los Presupuestos. Además no dudó en responder a Adriana Lastra, miembro de la actual Ejecutiva socialista, que a él “nadie le manda callar”.

A su juicio, con EH Bildu y ERC no se puede construir un “proyecto de futuro” en España ya que son partidarios de que “se desguace” el país “con supuestos derechos autodestructivos de autodeterminaciones”. “Para mí no son interlocutores válidos”, afirmó en Onda Cero, en la que insistió en que quieren “acabar con España” y, por ello, no se les debe tener en cuenta a la hora de construir un horizonte a medio y largo plazo. “Yo no aceptaría su capacidad de interlocución porque va en dirección contraria de lo que pienso que es un proyecto de España democrático descentralizado y europeísta”, aseguró.

Tampoco escaparon de sus críticas los socios de gobierno, Unidas Podemos, y el secretario general de la formación morada. A su juicio, el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, tiene su “estrategia” de convertir España en un “Estado plurinacional con derecho de autodeterminación”. “Naturalmente esa estrategia converge con Bildu y con ERC pero eso no define un proyecto de país”, aseguró González que, por contra, se mostró partidario de buscar alianzas con el PP y Ciudadanos. “En eso tienen que estar el PP y Ciudadanos, sin duda alguna, si es que queremos tener algún recorrido”, apostilló.

Ya desatado, González recordó las palabras pronunciadas la pasada semana por la portavoz parlamentaria y vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, quien recomendó a la “vieja guardia” socialista guardar silencio y dejar trabajar a los actuales dirigentes de la formación de la calle Ferraz. “Hace 24 años que dejé el Gobierno y no represento a nadie ni pretendo, pero tampoco voy a consentir nunca que nadie me mande callar”, avisó González, que añadió además que “si alguien me manda callar diciendo que es socialista, yo sé que no es socialista”.

En los últimas días se ha especulado con la posibilidad de que González lidere una oposición interna en el PSOE, algo que desmintió.

Calvo, con muchas horas de vuelo en la militancia socialista y en la gestión del partido, recordó al expresidente que gobernar ahora es “muy diferente” a hace 20 años, cuando él estaba en la Moncloa. La vicepresidenta incidió en que la prioridad ahora es sacar adelante los Presupuestos, aunque dejó claro que “todo el mundo tiene derecho a dar su opinión y faltaría más que Felipe no la tuviera”.

Ábalos, un hombre del círculo más íntimo de Sánchez, respondió al expresidente y exlíder del PSOE que dentro del partido “nadie hace callar a nadie”, pero le pidió que utilice su libertad de expresión respetando al resto de dirigentes socialistas. Ábalos recordó a González que todos los “derechos se ejercen dentro de las limitaciones que protegen a otros”.