uizá sin mucho interés, pero por simple curiosidad, hay quien se pregunta qué es lo que hacen nuestros parlamentarios en las instituciones europeas; los nuestros digo, los que fueron elegidos para llevar a Europa las reivindicaciones sociales generales y las específicas de una nación sin estado. De manera resumida y como prueba de que no están bien atentos a la oportunidad, voy a procurar describir la más reciente iniciativa de nuestros representantes, en el marco de la Conferencia de Reflexión sobre el Futuro de Europa, la COFOE, celebrada en mayo y que hace dos años promovió Macron preocupado por el auge del euroescepticismo y la ultraderecha.

La pandemia retrasó la convocatoria, que resultó precipitada y caótica, pero nuestros europarlamentarios, en este caso de EH Bildu y PNV, no abordaron la conferencia como si fueran alemanes o franceses ni, por supuesto, españoles, sino que aprovecharon la circunstancia porque llevaban la complicada representación de una nación sin estado. Vieron la oportunidad para introducir en la COFOE el debate sobre el derecho de autodeterminación desde una perspectiva europea y evitando toda confrontación. No fueron solos. A la iniciativa se sumaron el resto de representantes de naciones sin estado: la NVA de Flandes, ERC, el parlamentario corso de los Verdes y Junts per Europa.

Es alentador comprobar cómo dos fuerzas políticas como PNV y EH Bildu que con tanta dificultad y tan poca frecuencia llegan a acuerdos en la cotidianidad del escenario vasco, son capaces de apreciar más las coincidencias que los desacuerdos en el ámbito europeo. Capaces, también, de acordar con un grupo tan heterogéneo la forma de introducir en la agenda de la conferencia la necesidad de un mecanismo para la resolución democrática de los conflictos territoriales o de soberanía. Propusieron aplicar en la UE una especie de Ley de Claridad inspirada en la experiencia canadiense de Quebec, según la cual se establecerían las condiciones en las que los gobiernos podrían entrar en negociaciones para habilitar la autodeterminación de comunidades nacionales europeas mediante referéndum. Nuestros europarlamentarios fueron prudentes, escrupulosamente democráticos y profundamente europeístas, convencidos de que el avance del derecho a decidir de las naciones sin estado sería un anclaje del proceso de integración europeo.

En las brevísimas intervenciones que el reglamento de la Conferencia les concedió, todos los representantes del bloque por la autodeterminación plantearon esa reivindicación, que fue escuchada con tanta educación como displicencia por sus señorías jacobinas. Luego, a la hora de redactar las conclusiones finales de la COFOE... pues qué podía esperarse, la propuesta de nuestros representantes no fue incluida. Como consuelo, queda elogiar el trabajo de nuestros europarlamentarios abertzales y celebrar que fuera de casa sean tan capaces de ponerse de acuerdo. Ah, y para su satisfacción, comprobar que la propuesta de una Ley de Claridad para las naciones sin estado fue la iniciativa más votada en la web ciudadana multilingüe de la Conferencia. Por intentarlo, que no quede. l

A la hora de redactar las conclusiones, sus señorías jacobinas no incluyeron las propuestas de nuestros europarlamentarios

Es alentador comprobar cómo PNV y EH Bildu, que con tan poca frecuencia acuerdan aquí, coincidir en el ámbito europeo