Milagros Rubio, portavoz de la Asamblea Antipolígono, contextualiza aquel 1982: “Como quien dice estábamos todavía en la Transición, e incluso arrastrábamos el recuerdo de Estados Unidos en Vietnam”. Rubio habla de una “oposición radical a todo lo que tuviera que ver con la OTAN, lo militar y Estados Unidos”. “Aquí teníamos y tenemos un polígono de tiro que en esos momentos estaba siendo utilizado fundamentalmente por los americanos”. Su rechazo “implicaba cualquier aspecto que tuviera que ver con el aparato militar de Estados Unidos y de la OTAN”. Entonces, reconoce, “incluso no veíamos claro formar parte de la Comunidad Europea”.

Hoy el objetivo sigue siendo que el polígono de tiro “salga de las Bardenas, que el parque natural pueda serlo de verdad de una vez, entero, y que los pueblos de alrededor no vivamos con esa espada de Damocles”. Este mismo domingo la Asamblea convoca una concentración a las 13 horas en la Plaza Nueva de Tudela a ese respecto. Rubio subraya que “el riesgo que corremos los habitantes del entorno se multiplica en un mundo cada vez más conflictivo y con más riesgo real de enfrentamiento bélico”. Para la portavoz de la Asamblea Antipolígono, “reforzar las alianzas militares da alas a la carrera armamentística y aumenta la polarización”. Cree que “la invasión rusa a Ucrania ha contaminado todo” y que “es Rusia quien ha montado una guerra”. En la Asamblea Antipolígono “reconocen el derecho de Ucrania a defenderse”, “pero a la vez tenemos un temor a que el desarrollo militar de esta invasión se les vaya de las manos”.