El lehendakari Iñigo Urkullu ha propuesto celebrar, en el plazo de un año, una “convención constitucional” que permita “pactar una interpretación de la Constitución” sobre la cuestión territorial y “avanzar en el carácter plurinacional del Estado”.

Lo hizo ayer en una tribuna publicada en El País, donde abogó por buscar soluciones flexibles que permitan superar la “encrucijada política” que vive el Estado. Pero que, al mismo tiempo, abunden en el pacto y la bilateralidad y el desarrollo del autogobierno de Navarra, la CAV y también de las comunidades reconocidas como nacionalidades históricas.

En su opinión, esta propuesta “podría constituir una forma flexible y creativa de plantear una salida a la actual encrucijada política” y “para pactar una interpretación constitucional específica que, sin necesidad de modificación previa de la Constitución, hiciese posible un avance sustancial en el carácter plurinacional del Estado y en el desarrollo nacional del autogobierno de Euskadi y, en su caso, también de Navarra y el resto de comunidades históricas”. “Es decir, de aquellas que contaban con un modelo de autogobierno previo a la Constitución de 1978”. Son algunas ideas extraidas del artículo de Urkullu, sobre el que ayer se posicionó buena parte de la política estatal.

La “convención”

Para Urkullu, su propuesta –que en un acuerdo preliminar a la convocatoria, incluiría también “la bilateralidad o la capacidad de decidir pactada”– descansa sobre una figura, la de la convención, poco explorada en la política estatal y más propia de la política anglosajona.

En este contexto, sugiere “explorar la figura de la convención constitucional, un recurso utilizado en la cultura política anglosajona, para cuya aplicación no habría impedimento expreso”. “No se trataría de una convención constitucional general sino de una limitada o específica para actualizar la interpretación acordada de una parte de su contenido”, ha dicho.

En concreto, se refiere a “una convención constitucional para pactar una interpretación sobre aquello que la Constitución de 1978 no ha resuelto bien en relación con la cuestión territorial”. “No sería una fórmula mágica ni un camino expedito, pero podría abrir nuevas posibilidades de desarrollo futuro”, puntualizó. La propuesta, según Urkullu, es “tomar la iniciativa con un planteamiento novedoso y viable desde el punto de vista de su constitucionalidad, planteando un doble pacto”.

Primero, según señala, “firmar un acuerdo preliminar de bases para la convocatoria y desarrollo de una convención constitucional sobre el autogobierno, incluyendo principios como el cumplimiento íntegro de los marcos estatutarios, el reconocimiento de la plurinacionalidad del Estado, la bilateralidad, el sistema de garantías o la capacidad de decidir pactada”.

En segundo lugar, propone celebrar una convención constitucional en el plazo de un año para analizar “el alcance actual y futuro de la disposición adicional primera de la Constitución”, “el autogobierno de las comunidades de raíz foral” o, incluso, “el autogobierno de las nacionalidades históricas”.

Seguir “avanzando”

“Por lo tanto, debemos ser capaces de seguir avanzando, con contenidos acordes con los nuevos tiempos, entendiendo el acuerdo, sea parcial o integral, como un pacto o concierto bilateral con el Estado”, añade.

Según el Lehendakari, esto es lo que se ha producido con el modelo de concierto “durante toda su historia”. “Hemos ido ampliando su contenido, avanzando en la negociación bilateral con el Estado en cada reforma para ampliarlo, poco a poco, con el acuerdo de las instituciones vascas y del Estado y la ratificación de las Cortes Generales mediante ley, así como con el aval de las instituciones europeas”, argumenta.

Por ello, cree que, ahora, “sobre la base de una auténtica voluntad de acuerdo”, se deben “encontrar los mimbres constitucionales y legales pertinentes para dar forma jurídica a un nuevo pacto, utilizando la vía de la actualización de los derechos históricos, tal y como establece la disposición adicional primera de la Constitución”.

Catalunya

La Generalitat se desmarca

Autodeterminación. La consellera de la Presidencia de la Generalitat, Laura Vilagrà, insistió en que la propuesta del Govern es la amnistía y la autodeterminación, y no la oferta territorial planteada por Urkullu. “Nuestro marco es otro”, dijo Vilagrà en rueda de prensa, donde aseguró que el Ejecutivo catalán defiende una negociación “de gobierno a gobierno”, aunque mostró su respeto por la propuesta del lehendakari. “La mayoría social y política en Cataluña apuesta por la autodeterminación y la amnistía, y por tanto este es el marco de negociación que planteamos”, subrayó. Sobre si la Generalitat se abriría a participar en esa convención constitucional en caso de celebrarse, Vilagrà reiteró que “nuestro marco de negociación es claro. Nuestras carpetas son amnistía y autodeterminación, que hemos trabajado desde hace tiempo. De ahí no nos moveremos. Hay que ver qué recorrido tiene, pero tenemos clara nuestra posición”.