Síguenos en redes sociales:

Feijóo: Investidura fallida

Este martes dará comienzo el debate de investidura de Alberto Núñez Feijóo. Desde que Felipe VI le propuso como candidato no ha conseguido nuevos apoyos, y con sus requiebros ha mostrado un poso de inseguridad

Feijóo: Investidura fallidaEUROPA PRESS

Será un intento baldío. Con Alberto Núñez Feijóo en la misma casilla que hace un mes, cuando Felipe VI optó por proponerle como candidato a la investidura a pesar de no contar con los apoyos suficientes. Cuatro semanas calculadas para evitar que una eventual repetición electoral coincidiese con fechas navideñas. Un plazo excepcionalmente largo donde Feijóo ha gozado de protagonismo pero ha mostrado una andadura errática. En muchos momentos su propósito de investidura se ha dibujado como un trampantojo, una ilusión óptica diseñada para desgastar a Pedro Sánchez y al PSOE. El acto de este domingo en Madrid es el último capítulo de esta larga impotencia.

Se le ha hecho largo este mes a Feijóo. Ha contado con la estimable ayuda de Felipe González y Alfonso Guerra, cuyos silencios y rajadas a lo largo del verano culminan sendas biografías. Han intentado perforar a la actual dirección socialista y horadar la disciplina de un partido al que estos días se le recuerda el trauma del tamayazo en la Comunidad de Madrid, hace 20 años. Por eso, fueron subrayables las palabras de Santos Cerdán tras el enésimo proyectil dialéctico del tándem. “Desleales son los que no respetan las mayorías del partido”, dijo el secretario de Organización del PSOE, que se refirió también a las “arengas” de Guerra. Resulta del todo ilustrativa la llamada de Feijóo a García-Page el pasado jueves. La conclusión del presidente de Castilla-La Mancha en la SER no fulminó el fantasma de Tamayo: “Quien juegue a que la falta de votos del PP la compensen tránsfugas en el PSOE, puede que los encuentre, pero yo no los amparo”, dijo.

Ese descarnado transfuguismo lo promueven hoy desde Esperanza Aguirre, pasando por Moreno Bonilla, y llegando a Cuca Gamarra, mano derecha del propio Feijóo. Sería una maniobra hedionda que dejaría al PSOE a la altura de los caballos, y además de darle el poder al PP. abriría una crisis en canal en Ferraz hasta los años treinta, así que la derecha se aferra a esa fantasía como a un clavo ardiendo. De lo contrario, la candidatura de Feijóo será rechazada y se activará el contador para Sánchez. El líder socialista sabe que si cristaliza su investidura traerá un chorro de novedad aún más potente que en 2019, y se enfrentará a una oposición abrasadora del PP, donde Feijóo dilapidará definitivamente su cartel de moderado. Si Sánchez fracasase en su intento el PP se la jugaría al todo o nada en unas nuevas elecciones el 14 de enero, encomendándose a la desmovilización progresista.

EQUILIBRIOS IMPOSIBLES

Un mes ha sido demasiado tiempo de escena para Feijóo cuando no se le vislumbraban posibilidades de alterar el tablero parlamentario. Lejos de ganar musculatura política a lo largo de estas semanas, en bastantes momentos ha quedado desdibujado, atrapado en sus contradicciones, y el fuego amigo de Ayuso y Aznar tampoco le ha ayudado. A ojos de la derecha madrileña, Feijóo adolece de cilindrada, de colmillo o mala baba. Pero se ha ganado el derecho a ser líder de la oposición o el candidato popular si hubiese Generales en 2024.

De primeras, sorprendió que el 30 de agosto Feijóo propusiese a Sánchez facilitarle una legislatura de dos años. Aquel planteamiento fue respondido por el PSOE con un juego de palabras burlesco: de derogar el sanchismo a rogar al sanchismo. En su propia casa, Ayuso encuadró la propuesta en una bisoñez. Dos cosques que se sumaron a los repetidos intentos baldíos de convencer al PNV. Por no hablar de los amagos sobre Junts o la mención la necesidad de “buscar un encaje del problema territorial de Catalunya”, que quedaron desmentidos o matizados a las pocas horas. A cada amago de apertura se le ha superpuesto una corriente de irritación derechista. Ampliar el radio de acción así es inviable. Feijóo busca equilibrios imposibles, condenados al fracaso. Su entente con Vox, ahora también en Murcia, ha quedado grabada a fuego.

EN CAPILLA

Consumido el cartucho del acto del PP de este domingo en Madrid, el intento de investidura servirá de prolongación térmica en la derecha y de autorreivindicación de Feijóo. Aquel gobernante gallego que encadenaba mayorías absolutas en su tierra y proyectaba una imagen positivamente templada, ha quedado atrás. Madrid se ha engullido a aquel Feijóo, aún en adaptación. Sánchez, camina encima de un alambre, pero el instante es ahora de Feijóo, que aún mantiene una red que le recoja en su caída. Así las cosas, preguntemos a cuatro analistas políticos (Iñigo Sáenz de Ugarte, David Jiménez, Carmen del Riego e Ignasi Guardans) cómo queda la figura de Feijóo tras este mes de exposición.

DAVID JIMÉNEZ

Escritor y periodista, exdirector de El Mundo

“A Feijóo se le ha hecho eterno este mes”

Para David Jiménez, contertulio en distintos medios, a Feijóo “se le ha hecho eterno este periodo de espera hasta la votación”. Piensa que “el rey nunca debió de encargarle una investidura”, porque “era evidente que no tenía los apoyos”. A su juicio, “esto al final lo único que ha conseguido es retraso, incertidumbre, y aumentar la crispación y el ruido”, por lo que “nos lo podríamos haber ahorrado”.

Jiménez cree “evidente que no va a salir la investidura”, y que Sánchez “empezará a partir de ese momento a consolidar conversaciones que están teniendo lugar desde hace semanas”. Según este analista, “es un misterio por qué Feijóo se empeñó en ir a una investidura que va a ser fallida”. Piensa que dio “un golpe sobre la mesa y reivindicó su papel como líder de la oposición, lo que más probablemente va a ser en los próximos años”. De haber renunciado a presentarse, cree que “las voces que pedirían su cabeza en el PP serían más que ahora, que las hay pero de manera aún muy discreta”.

Jiménez observa que Feijóo “nunca ha parecido estar a gusto en Madrid. Cree que se le ha visto “incómodo e inseguro”, y que le ha “pesado” un rol “que empieza a ser de alto riesgo, el de líder de la oposición frente a Sánchez”. Según este exdirector de El Mundo Feijóo “no ha terminado de consolidar el poder en el Partido Popular”. Por una parte, por Ayuso, “la sombra eterna, que ya lo fue de Casado y que a veces ejerce más como lideresa que el propio Feijóo”. Por la otra, “porque tiene otra sombra que es la de Vox”, que “condiciona mucho” al líder del PP. Así, “entre esas dos incomodidades, sumada a la de haber ido a un ambiente como el de Madrid, que es cainita, con un establishment bastante intrigante”, cree que “no ha acabado de sentirse cómodo”, al contrario de la situación de la que gozaba en Galicia, “sin apenas contestación por ninguna parte”.

IÑIGO SÁENZ DE UGARTE

Corresponsal parlamentario de eldiario.es

“Todo ha sido dar vueltas sobre lo mismo”

Para este periodista, “Feijóo partía de un problema evidente, que no cuenta con apoyos para obtener la mayoría absoluta”, pero tenía “una especie de obligación, porque no podía cometer el error de Arrimadas en el Parlamento catalán” de no presentarse a la investidura en 2018 después de que su partido fuera el más votado”. Según Sáenz de Ugarte “si Feijóo decía que había ganado las elecciones”, estaba obligado a postularse como candidato a la investidura, pese a no tener los números en la mano, “que es lo más importante”, más allá de “poder ofrecer tu mensaje a toda la opinión pública”.

Este analista detecta “confusión” estratégica dentro del Partido Popular, ante el tanteo de Feijóo a Junts, que la “mayor parte de la gente del PP no consiguió entender”. Y critica el intento de “forzar una rebelión interna y traiciones dentro del Partido Socialista”, algo “muy alejado del juego limpio en política”.

A juicio de Sáenz de Ugarte, en un contexto de periodismo declarativo, “llega un momento que el espacio es tan grande como un gran campo de fútbol, y no lo puedes llenar con dos ideas”. Eso es lo que cree que le ha ocurrido a Feijóo. “Era previsible que se le hiciera muy larga la espera al Partido Popular hasta el día de la investidura”, observa. Eso ha hecho “que se hablara de la investidura todo el rato, lo que quiere decir del fracaso de Feijóo a la hora de recabar nuevos apoyos”. Así, “cada día se ha visto más evidente que solo le iban a apoyar los de Vox y los dos diputados de UPN y Coalición Canaria”. En resumen: “Todo ha sido dar vueltas sobre lo mismo”, lo que ha “dejado patente la soledad del PP, pese a sus 8 millones de votos, insuficientes para obtener una mayoría de Gobierno.

CARMEN DEL RIEGO

Cronista política en La Vanguardia

“El 23-J le produjo un shock”

Para esta cronista, Feijóo “es el único en el PP que todavía tiene alguna esperanza de ser presidente”. Según explica, él tenía “muy claro” el plan A y el B. “En el A perdía las elecciones, adiós muy buenas, me voy para Galicia. En el B las ganaba y se convertía en presidente del Gobierno. El problema es que se ha dado el plan C”.

Cuenta Carmen del Riego que Feijóo fue a Madrid para “ser presidente del Gobierno, no líder de la oposición”, y que el resultado del 23-J produjo al presidente del PP “un shock”, perceptible durante la noche electoral y en los días siguientes, del que se recuperó durante las vacaciones en Galicia”. A su regreso, quería una semana para intentar negociar con el PNV y con Junts”. Pero el posible riesgo de repetición electoral en Navidades llevó a que la presidenta del Congreso le propusiera el 26 de septiembre. Un lapso de tiempo que “se le ha hecho demasiado largo”.

Según del Riego, Feijóo negoció con Vox su no presencia en el Gobierno pensando en el PNV, Consideraba que si los peneuvistas se “avenían a hablar y a entablar alguna conversación o acuerdo”, PNV y Junts podían acabar en la abstención. Un plan que se fue pronto “al traste”, lo que ha llevado a Feijóo a “ir renqueando”. Según ella, con la amnistía en el centro del debate, Feijóo “ha cometido el gran error de jugar a la estrategia del Partido Socialista y de los que jamás van a poder estar con ellos”, y centrar su mensaje de investidura en el que será la idea central en la de Sánchez. Si el socialista se afianza en la Moncloa, del Riego no descarta que el presidente del PP “a medio plazo preparase su sucesión para el cartel de 2027, y recuerda que Feijóo acaba de cumplir 62 años y cuatro más le pondrán en 66. La otra posibilidad que apunta del Riego es que la legislatura cristalice, pero sea muy corta. En cualquier caso, concluye, “si no es presidente de aquí a dos años” es posible que él mismo trate de pilotar su propia sucesión.

IGNASI GUARDANS

Analista político y profesor de Ciencia Política

“Se percibe superficialidad y desorden”

Para Ignasi Guardans, el balance de movimientos de Feijóo en su intento de investidura ha sido de “superficialidad y de profundo desorden, con mensajes muy contradictorios”. Recuerda que “ha tenido un mes para actuar como un presidencial y hacer discursos y actitudes de presidenciable y ha seguido con la tontería del regateo corto de campaña electoral, que da resultados para mantener a la gente tensa, o cabreada, o adherida con entusiasmo por odio a Pedro Sánchez, pero que está muy lejos de un candidato a presidente del Gobierno”. Guardans afirma que a Feijóo “no se le ha escuchado ninguna propuesta seria” estas últimas semanas. si bien supone que sus colaboradores le habrán “guardado alguna” para el debate. También le reprocha que haya permitido a Ayuso salir “con discursos absurdos que no tienen nada que ver con su ámbito de competencia”. Asimismo, subraya las “rectificaciones” de Feijóo en el tema del encaje de Catalunya. “Ni siquiera eso aceptó el PP”, lamenta.

¿INSEGURO?

Preguntado por cómo condiciona Ayuso el proceder de Feijóo, Guardans considera que el presidente del PP “no esté ejerciendo como tal”. “No se le ve seguro de sí mismo en el control del partido, y no solo por Ayuso”. A su juicio, Feijóo “sigue actuando como una persona en casa ajena, un invitado al que se le ha invitado a cenar, intentando no ofender. Y así desde el Congreso en el que se presentó. Le invitaron a pilotar la nave y no le ha cogido las medidas ni el control. Está constantemente como pidiendo permiso a una especie de accionistas fantasmas o a gente a la que le debe el puesto. Eso genera una sensación inseguridad y de que responde a los pocos que le controlan y le podrían quitar de ahí. Según Guardans, se percibe a “un entramado de derecha de Madrid”, formado por “líderes de comunicación y una parte del ecosistema del PP, que tiene un hombre de prestado al que se le tolera por ahora como mal menor, pero que da la sensación de que se lo pueden quitar de en medio en cuanto lo decidan”. Cree que esa presión ya se percibió en los “errores en campaña”, y pone como ejemplo la entrevista con Silvia Intxaurrondo. Con todo, piensa que Feijóo “cambiará radicalmente en el momento en que tenga un panorama claro”, incluso como líder de la oposición de un Gobierno que “habrá empezado con una amnistía y una situación realmente muy complicada”, lo cual entiende que reforzará la autoridad al gallego. “Un Gobierno así y dependiendo de Junts será muy vulnerable y no podrá durar 4 años”, augura. Y añade a esa “intensa debilidad” la situación de Podemos.