“Mi balance no es muy positivo. Estamos viviendo una situación en España muy radicalizada y polarizada, en la que se construyen muros, como dice el presidente Pedro Sánchez”, asegura Alberto Catalán, para quien ese clima no es bueno para la convivencia ni para la posibilidad de acuerdos entre PSOE y PP “en cuestiones de Estado”, por lo que aboga por unos “pactos lo más amplios posibles y no reducidos a lo que se ha denominado el Gobierno Frankenstein”. 

Catalán no se atreve a pronosticar si será una legislatura corta. En cualquier caso, y pese a criticar el clima de polarización, no ahorra gruesas críticas al Gobierno. De Sánchez dice que “no tiene palabra” y que carece de “ningún tipo de credibilidad”. Le acusa de recurrir a la “mentira como forma de hacer política”, le califica de “trilerismo en estado puro”, y le ve muy “escorado a la izquierda y a la extrema izquierda “, dispuesto a “pagar los peajes y las facturas que hagan falta por mantenerse en el Gobierno a cualquier precio”. Mientras, a Sumar lo ve en la órbita de la “extrema izquierda”, integrado por formaciones como el Partido Comunista. 

Respecto al Partido Popular, sitúa a UPN “anteponiendo los intereses de Navarra por encima de cualquier otra estrategia o planteamiento”, y aboga por “buscar fórmulas de acuerdo y entendimiento” con el PP, con quien no hubo entente para concurrir en coalición en las Generales. “Desde nuestro punto de vista, a Navarra le ha ido muy bien cuando ha habido entendimiento en el centroderecha y de manera especial cuando ha gobernado Unión del Pueblo Navarro”. 

Catalán, que venía de ser senador en la anterior legislatura, cuenta que esa experiencia le ha facilitado su aterrizaje en el Congreso. Dice que en la calle “se evidencia, para lo bueno y para lo malo, cada uno lo verá de forma diferente, que Madrid está de moda en este momento”, con un centro urbano “masificado” y “a reventar”.