Para Uxue Barkos, la legislatura de momento muestra “escasa previsión de estabilidad”, pese a que resulte especialmente “necesaria” con la vuelta a la política de contención de la deuda después de tres años de relajación de las reglas fiscales en la UE.  Estabilidad que en Navarra existe pero que no ve en el Estado de cara a armar los Presupuestos. 

Sobre la incidencia que un sector de la judicatura está generando en el tablero político en torno a la ley de amnistía, Barkos hace un paralelismo: “Cuando el caso Altsasu dije que estábamos asistiendo a una pretensión de imponer el Código Penal en función del código postal, y que por eso se utilizaba la legislación antiterrorista. Creo que estamos en un caso absolutamente similar. Lo que se busca y se quiere es la aplicación es una “enmarcación” ante “una trayectoria política concreta”, en función de “algunos intereses”, y destaca “los tempos y la cronología” de determinados jueces y fiscales, y el daño a la confianza que ello genera. Hechos de 2017, ahonda, que precisamente han cambiado de enmarque en este 2024. 

Barkos reflexiona asimismo sobre “un Estado construido sobre el bipartidismo”, A su juicio, “el bipartisimo solo sabe dialogar sobre reivindicaciones más que legítimas” de “nacionalidades con cierto reconocimiento a su realidad en el 78” cuando PSOEo PP tienen “necesidad de consolidarse en el Ejecutivo”. 

La que fue diputada entre 2004 y 2015, y presidenta del Gobierno de Navarra entre 2015 y 2019, es ahora senadora autonómica. Preguntada por las posibles similitudes con la primera legislatura de Zapatero”, dice que “de aquel 2004 a este 2024” encuentra algunas “tristes y dramáticas similitudes”. Recuerda de entonces a un PP “instalado en la conspiranoia” tras el “espeluznante atentado del 11-M”. También destaca la insistencia de un “negacionismo ante la gran lacra de la violencia de género”. Sobre el “empeño en seguir reviviendo ETA”, subraya que en aquel momento “seguía siendo una amenaza para el conjunto de la sociedad”, y hoy no existe.