Sin sorpresas, PNV y PSE han protagonizado este martes un primer momento de sintonía en plena negociación de la investidura de Imanol Pradales. La sesión de constitución del Parlamento Vasco y de su Mesa, un pleno que marca oficialmente el inicio de la decimotercera legislatura, se ha saldado con un reparto en la línea de lo previsto. PNV y PSE se garantizan la mayoría en la Mesa que ordena el debate y admite a trámite las iniciativas, en consonancia con la mayoría absoluta que tienen en el pleno. Se aseguran así que no se obstaculicen ni demoren las iniciativas más estratégicas.

Los jeltzales repiten al frente de la presidencia con Bakartxo Tejeria por cuarta legislatura consecutiva, la vicepresidencia primera que la sustituye cuando no pueda ejercer el cargo la ocupará la socialista Susana Corcuera, tras el intento baldío de EH Bildu de arrebatársela; la vicepresidencia segunda la gestionará la coalición abertzale nuevamente con Eba Blanco al frente, la secretaría primera ha sido para el jeltzale Jon Aiartza, y la segunda la llevará Eraitz Saez de Egilaz, de EH Bildu. Es un reparto de funciones casi calcado al de la última legislatura, con la excepción de la secretaría segunda, que en aquel momento recayó en Elkarrekin Podemos por un pacto con PNV y PSE que ahora no era aritméticamente posible con ningún grupo para arrebatar una plaza a EH Bildu.

La jornada transcurrió con placidez y con PNV y PSE totalmente sincronizados. Sus candidatos obtuvieron el respaldo de la mayoría absoluta de la Cámara porque se respaldaron unos a otros. EH Bildu obtuvo su representación con sus propios 27 votos y sin respaldos adicionales, tampoco del único escaño de Sumar.

Tejeria resultó reelegida como presidenta por la mayoría absoluta de 39 escaños que reúnen ambos socios, lo que supone que los socialistas no se limitaron a darle los votos estrictamente necesarios para superar una hipotética candidatura alternativa de EH Bildu, y por la otra parte ni siquiera se presentó esa otra opción. La coalición abertzale únicamente disputó la vicepresidencia primera, y no tensionó más de lo necesario un pleno que no tuvo ningún suspense y donde la aritmética no daba margen alguno para la sorpresa. La vicepresidencia primera y la segunda se votaron en una misma tanda, la primera fue para la socialista Susana Corcuera, y la segunda para Eba Blanco, de EH Bildu, que repite en el mismo cargo que ya ocupó en los últimos años. Para las secretarías, se presentaron las candidaturas del jeltzale Jon Aiartza y de Eraitz Saez de Egilaz, de EH Bildu. Ocuparon la primera y la segunda, respectivamente, y de nuevo con los votos de PNV y PSE para Aiartza, y el respaldo únicamente de EH Bildu para Saez de Egilaz.

La entrada de Imanol Pradales y el saludo de Otxandiano al lehendakari

La sesión comenzó a las 10.00 horas con la entrada de los parlamentarios uno a uno, por llamamiento del ya exsecretario primero de la Mesa, Iñigo Iturrate. Entraron siguiendo el orden en el que recogieron sus acreditaciones como parlamentarios y, por ello, los primeros fueron Jon Hernández (Sumar) y Amaia Martínez (Vox), seguidos por los 27 parlamentarios del PNV. La comitiva jeltzale la encabezó el candidato a lehendakari, Imanol Pradales, quien acudió de inmediato a saludar y estrechar la mano de Iñigo Urkullu antes de tomar asiento. El lehendakari se encontraba en los asientos habituales de la bancada del Gobierno, junto a otros consejeros, buena parte de los cuales se retiran de la primera línea política. El resto del grupo del PNV imitó el gesto de Pradales. Después entraron los 12 representantes del PSE, liderados por Eneko Andueza; los 7 del PP, con Javier de Andrés; y el grupo de EH Bildu, también con 27 escaños y encabezado por Pello Otxandiano, quien quiso tener igualmente un gesto de deferencia hacia el lehendakari Urkullu y acudió a darle la mano. Además, se pudo ver cómo intercambiaba unas palabras con Pradales.

La presidenta de la Mesa de Edad, "más de letras" que de números

A continuación, la presidenta de la Diputación Permanente, Bakartxo Tejeria, dio por abierta la sesión, e Iturrate leyó el reglamento y los nombres de los parlamentarios por orden alfabético. El siguiente paso fue la conformación de la Mesa de Edad, que dirigió la sesión hasta la constitución de la Mesa definitiva. La presidió la parlamentaria más veterana, la socialista Miren Gallastegui, y la conformaron las otras dos representantes de mayor edad, Irune Zuluaga (PNV) y Susana Corcuera (PSE), y las dos más jóvenes, Eraitz Saez de Egilaz y Edurne Benito del Valle, ambas de EH Bildu.

La sesión se tenía que suspender durante quince minutos para dar margen a que se presentaran las candidaturas para la Mesa, pero finalmente fueron unos cuantos minutos más y Gallastegui se disculpó diciendo que es "más de letras" que de números "y más de dar que de quitar". No hubo mayores notas de color, exceptuando algún lapsus de Saez de Egilaz al contabilizar los votos de Tejeria y tomar por blanco uno que llevaba su nombre, un error que ella misma corrigió casi de inmediato.

Para la presidencia de la Mesa, se presentó una única candidatura, la de Bakartxo Tejeria, y los parlamentarios comenzaron a introducir en la urna las papeletas con el nombre de la jeltzale o bien en blanco. EH Bildu no se la disputó. Tejeria logró 39 votos, la mayoría absoluta de PNV y PSE, y fue felicitada con un aplauso y un afectuoso apretón de manos del lehendakari Urkullu. Las demás votaciones se saldaron con el resultado ya conocido y los consabidos aplausos. La decimotercera legislatura queda oficialmente inaugurada y, a la espera de que se celebren los plenos de incompatibilidades, el siguiente hito marcado en rojo en el calendario es la sesión de investidura, prevista en principio para la tercera semana de junio. El jueves se conformará la comisión de incompatibilidades, y el jueves de la próxima semana se votará su dictamen y se anunciará la fecha de la investidura.

Tejeria reivindica los acuerdos amplios

En su primer discurso tras ser reelegida, Tejeria reconoció el "honor" y la "responsabilidad" que supone su labor con la intención de respetar y hacer respetar la voluntad de la ciudadanía. Reivindicó también la tradición democrática y la justicia social, y el respeto a los contrincantes políticos como forma de hacer aunque, según matizó, en algunos ámbitos se quiera hacer creer que todas las formas de hacer política son iguales. Frente al populismo, puso en valor el interés general y la apuesta por los acuerdos. Deseó que la búsqueda de acuerdos, lo más amplios posibles, sea la nota dominante de la nueva legislatura. Mencionó entre los retos pendientes la creación de empleo de calidad, y las transiciones energética, digital y demográfica. Defendió el sistema de protección social y la necesidad de ampliar el autogobierno para reconocer la realidad plurinacional, alcanzar un acuerdo con el Estado y actualizar las competencias.