El Gobierno foral acaba de dar un paso más en la reparación de todas las víctimas en Navarra. La vicepresidenta segunda del Ejecutivo y titular de Memoria y Convivencia, Ana Ollo, ha presidido un acto a favor de las doce primeras personas reconocidas como víctimas de violencia ultra y policial.

Supone saldar una deuda histórica que las instituciones forales tenían con una serie de víctimas siempre en segundo plano, y a las que todavía no reconoce el Estado pese a que en muchos casos fueron los cuerpos policiales (cuando no la guerra sucia) los responsables de sus malos tratos. Aparte de los reconocimientos públicos, las víctimas tienen acceso a reparaciones económicas en los mismos términos que las víctimas de ETA.

El acto, que acaba de terminar en el Baluarte, ha contado con más de 150 asistentes y ha sido la traslación pública de los reconocimientos que, de forma privada, ya hizo el departamento hace un mes.

El acto de hoy se ha centrado en las figuras de dos navarros fallecidos a manos de la Guardia Civil, como son Mikel Zabalza, torturado hasta la muerte en 1985; y Mikel Arregi, tiroteado en 1979, además de otras personas que han sufrido torturas y malos tratos. El primero en intervenir ha sido Guillermo Múgica, icono del Foro Gogoa, encargado de abrir el acto. "Necesitamos memoria para convivir, una memoria que quiera aportar a la convivencia tiene que ser la memoria de las víctimas", ha aclarado, antes de recordar que a la familia de Zabalza le recomendaron que fuera a objetos perdidos o que la instrucción policial el 8 de julio de 1978 fue que no importara matar. 

"Necesitamos una convivencia con memoria. Sin esta, sin saldar las cuotas pendientes, sin restablecer los puentes rotos, ¿acaso podemos convivir en paz?", se ha preguntado.

Muertos, heridos y torturados

Entre ellos, José Ramón Vélez, Jose Miguel Fernandez y Fermín Ilundáin, tres personas heridas por arma de fuego durante los sucesos de Sanfermines de 1978.

Gloria Bosque, que sufrió torturas durante el franquismo; Carmen Garatea, víctima de un atentado reivindicado por la Triple A contra la sede del PCE de Pamplona en septiembre de 1980; Joanes Molina, que con 16 años perdió un ojo a consecuencia de un pelotazo de la Policía tras una manifestación en junio de 1994; o Iosu Imaz, que sufrió torturas y dos intentos de asesinato por parte de grupos de extrema derecha.

La ley fue recurrida por la derecha desde 2015

La intervención institucional principal ha corrido a cargo de la vicepresidenta Ollo, que ha celebrado que el acto de esta tarde repara, aunque sea en pequeña medida, "un daño y una violencia ilegítima e injustificable". Solo "admitiendo este daño impropio que os hicieron se podrá construir en el futuro una sociedad verdaderamente democrática y en paz”.

Ollo ha dado las gracias a las víctimas, ante las que ha reconocido que "esta ley foral llega tarde y para vosotros y vosotras, de forma incompleta". La ley a la que ha hecho referencia es la 16/2019, la segunda ley de víctimas de violencia ultra que el Gobierno tuvo que redactar después de que el Tribunal Constitucional tumbara la primera ley, de 2015, rechazada por el alto tribunal por dejar lo suficientemente claro que la ley no iba a pisar las competencias de investigación del poder judicial. En 2021, el Constitucional falló sobre la actual ley, en esta ocasión para avalarla en su totalidad.

"Esta ley foral llega tarde y para vosotros y vosotras, de forma incompleta"

"Aunque sea difícil cerrar esas heridas, espero que este acto contribuya a ese reconocimiento y reparación largamente esperado. Pero también es cierto que este acto que nos ha reunido era absolutamente inimaginable no hace mucho tiempo", ha dicho, justo antes de recordar precisamente que "ha tenido que pasar casi una década desde aquella primera ley aprobada por el Parlamento foral".

"Muchos obstáculos desde las propias instituciones o de partidos políticos que se negaban, se niegan a reconocer que también hubo violencia desde los funcionarios públicos o de los grupos de extrema derecha", ha puntualizado, en referencia a los reiterados recursos presentados por la derecha.

Las instituciones navarras, "de espaldas a vuestro dolor" durante mucho tiempo

“Conocéis muy bien lo que ha significado el olvido institucional, la invisibilización de vuestra victimización y la revictimización que supone la desmemoria. Porque durante muchos años las instituciones navarras hemos vivido de espaldas a vuestro dolor”, ha reconocido.

“Queremos mirar al futuro, no vivir anclados en el pasado, pero no podemos mirar al futuro como si nada hubiera ocurrido", ha subrayado. "Habrá diferentes relatos, diferentes lecturas de lo ocurrido, pero deberemos llegar al acuerdo básico de que uno de los pilares fundamentales para avanzar debe ser el respeto a los Derechos Humanos de todas las personas. Desde el doble compromiso con las víctimas y con la sociedad en su conjunto, queremos trasladar el mensaje de 'nunca más'", ha concluido.