Manu Pineda (Málaga, 1965) participó en el acto central de la campaña de Sumar en Navarra. Fue eurodiputado la pasada legislatura. Venía del ámbito sindical y de la solidaridad con Gaza. Allí vivió tres años, fue escudo humano y conductor de ambulancias, y asistió a la sangrienta operación militar israelí del verano de 2014. “Estamos consiguiendo avances, pero mientras el Gobierno español no rompa relaciones con Israel, se haga efectivo el embargo de comercio de armas y se sume a la demanda de Sudáfrica o a la que hay ante la Corte Penal Internacional, no será suficiente”. Pineda dice que además de aspirar a un buen resultado para Sumar, desea que también sea positivo para Podemos y EH Bildu.
Aspira a una segunda legislatura en el Parlamento Europeo.
–Llevo cinco años aprendiendo, no tenía ninguna experiencia institucional, ni concejal de pueblo, y de golpe verme en ese mundo fue un salto muy grande que daba casi vértigo; luego te das cuenta de que no es para tanto.
Encabeza la lista a Estrella Galán, exdirectora de CEAR, desconocida fuera del ámbito social.
–Si le soy sincero, el tema interno me aburre bastante, sé que puede sonar raro siendo dirigente político. Llevo años en la dirección del Partido Comunista de España y de Izquierda Unida sin entender mucho cómo he llegado allí (se ríe). Pero en los debates que ha generado la elección de Estrella se han cuestionado otras cosas, como el orden de la lista.
La importancia de IU en Sumar, tras la separación con Podemos.
–Si hay algo que podíamos haber hecho mejor en Sumar es haber elegido a Estrella con mucho más tiempo, no dos meses antes de las elecciones. Tiene una carrera intachable en la defensa de los derechos humanos desde la Comisión Española de Ayuda al Refugiado. Nos hemos opuesto al pacto europeo contra la migración, que es como lo llamamos, por ser racista. La alternativa la elaboramos de la mano de la organización que dirigía Estrella y de otras. Ella tiene un perfil excelente, con 25 años de experiencia en este tema. Otra cosa es que no había hecho un mitin, ni había participado en un debate donde tienes que andar con el colmillo afilado. Pero tiene sobre todo decencia y honestidad, y representa muy bien las distintas sensibilidades que hay dentro de Sumar.
¿Manu Pineda enseña ese colmillo que no pone ella?
–(Se ríe). No necesariamente, aunque estos cinco años sí me han servido para hacer un poquito de mala leche.
“El Partido Popular europeo y el Socialdemócrata ya han firmado el nuevo Pacto de Estabilidad, y podemos ir más a la derecha aún”
La política exterior se cruza con la agenda interna: Palestina, Ucrania, ultraderecha, migración, gasto militar, o la propia esencia de la UE.
–Sumar incluyó en el acuerdo de Gobierno el reconocimiento del Estado palestino, en contra de la posición de Pedro Sánchez y Albares. Que salga la ministra Robles hablando de genocidio en Gaza me parece una mezcla de hipocresía y de oportunismo, ocho meses después de su comienzo, ha esperado a estar en plena campaña, y no tiene nada que ver con lo que había estado defendiendo hasta ahora. Hipócrita porque no va acompañado de acciones. ¿Va a tomar alguna medida? Porque su Ministerio sigue vendiendo y comprando armas a Israel, cumpliendo con los contratos ya firmados. Cuando un régimen está llevando a cabo un genocidio, investigado por la Corte Internacional de Justicia, con medidas cautelares que ese régimen está incumpliendo, hay que suspender como mínimo todos esos acuerdos.
Cuando Sumar pide explicaciones en el Gobierno, ¿qué dice el PSOE?
–Sumar ha hablado muy claro en el Gobierno. Y eso que creo que los ministros tienen un sentido de la lealtad un poco sobredimensionado, que no comparto. Es desesperante estar en un Gobierno que hace determinadas cosas. Si no te explicas te pueden hacer cómplice de algo que no compartes. Eso nos genera problemas, que utilizan de forma oportunista otros, y hablo de Podemos.
¿Y sobre Ucrania?. Acusan de falta de transparencia al PSOE. Este contexto bélico es sensible para la cohesión del Gobierno español.
–Es muy complicado, y genera muchas tensiones; entre Sumar y el PSOE, e incluso dentro de Sumar. El PSOE no ha tenido en cuenta el rechazo manifestado por Sumar en el Consejo de Ministros. Además un tema de tal gravedad como implicarnos más a fondo en un conflicto bélico tiene que ser avalado por el Congreso. Nuestra posición como IU es oponernos de forma tajante y frontal al envío de armas a Ucrania.
¿Por qué?
–Lo he discutido con Borrell. Soy responsable de Internacional del PCE, fui tajante contra la invasión. Tenemos que activar la vía política y diplomática y darle a la ONU y a la OSCE el papel que les corresponde, resolver los conflictos no en función de quién tiene más bombas. No se tenía que haber llegado a eso. Putin es un tipo nada recomendable, pero no lleguemos a la ridiculez de pensar que se levantó un día cabreado y decidió invadir Ucrania. Hubo 8 años previos en los que se iba fraguando esto, y Ucrania iba bombardeando el Donbás, asesinando a la minoría ruso parlante, llegando a incendiar la sede sindical de Odesa con 50 ancianos y niños dentro asesinados vivos. La señora Merkel reconoció que decidieron no cumplir los acuerdos de Minsk porque necesitaban tiempo para que Ucrania se armara y poder hacer frente a Rusia. Minsk 2 tampoco se respetó. En la actual situación no va a haber ningún acuerdo que satisfaga a todas las partes; esta guerra no la va a ganar ni Ucrania ni Rusia. Todo el mundo es consciente de ello. Putin no es fiable, pero Zelenski tampoco, tiene ilegalizada a toda la oposición, y está llevando forzados a los jóvenes y no tan jóvenes a la guerra. Tenemos que sentarnos todos a buscar una salida política y diplomática.
“El contexto internacional es muy complicado y genera muchas tensiones en el Gobierno, entre Sumar y el PSOE, e incluso en Sumar”
Se advierte sobre una vuelta de los recortes en la UE.
–Está firmado un acuerdo para la recuperación del Pacto de Estabilidad entre el Partido Popular europeo y el Partido Socialdemócrata europeo. Las dos grandes formaciones que han estado en el consenso de todas las políticas, tanto en las de austeridad que nos hundieron en 2008, como las que abrieron la mano de cara al covid. No es que pueda pasar, está ya decidido y firmado y va a pasar. Podemos ir más a la derecha aún, y encontrarnos con un escenario peor. Pero la cuestión estructural está decidida.
¿Qué puede aportar en IU el nuevo liderazgo de Antonio Maíllo?
–Me ha dado muchas lecciones. Tiene la mejor escuela, tanto del Partido Comunista como de Izquierda Unida. Le tocó liderar en Andalucía en los tiempos en los que parecíamos condenados a morir ahogados bajo el tsunami de Podemos, y que IU desaparecería, y, en cambio, supo conseguir que nadáramos juntos. Tiene la inteligencia política y capacidad para encontrar intersecciones. Nosotros lo llevamos en nuestro ADN desde el año 35 del siglo pasado, cuando impulsamos la política de Frentes Populares contra el fascismo. Si las izquierdas yendo unidas somos débiles, separadas somos ridículas, pelando con quién se queda con el trocito mayor de los restos. Tenemos que ilusionar a la gente, y Antonio tiene la capacidad de hacerlo. Con esa naturalidad con la que habla y esa cultura ‘anguitiana’, pues trabajó codo con codo con Julio Anguita muchos años. Maíllo vive en las sedes del partido. Es una persona que busca el contacto piel con piel. Eso es lo que nuestra gente necesita.