Los ingresos tributarios se han disparado en Navarra en los últimos diez años. La Hacienda Foral ha pasado de recaudar 3.218 millones en 2015 a una previsión de 5.537 para este año. Un incremento del 72% que incluso podría ser mayor si la coyuntura económica se mantiene estable en el último semestre. Son 2.300 millones más de capacidad de gasto que el último Gobierno de UPN.
El motivo hay que buscarlo fundamentalmente en la inflación y en un ciclo económico que ha aumentado el PIB y los salarios, así como en una reducción del desempleo que ha incrementado también el número de personas que trabajan en la Comunidad Foral hasta superar los 300.000 empleados.
Eso ha hecho que la recaudación por los impuestos directos se haya duplicado durante este tiempo, pasando de los 1.400 millones hasta los 2.800. El principal culpable es el IRPF y las rentas del trabajo, que aportarán este año 2.200 millones. Mayor incremento porcentual es el que ofrece el Impuesto de Sociedades, aunque en este caso partía de mínimos en 2015 como consecuencia de la crisis económica y financiera de los años anteriores. En cambio, la recaudación por Patrimonio se ha reducido un 11,5% (5 millones menos) pese a que en este periodo se han aprobado diversas modificaciones fiscales para aumentar su aportación.
El incremento es menor en los impuestos indirectos. Han crecido la recaudación por IVA (34,2%) y por los Impuestos Especiales (19%), pero sobre todo los ajustes financieros con el Estado (56%) por los impuestos al consumo. Un dato positivo que esconde también una dependencia cada vez mayor de la Hacienda estatal en este tipo de impuestos y, por extensión, en el conjunto de la recaudación tributaria.