Étienne Polverel, síndico del Reino de Navarra, defendió en 1789 ante la Asamblea Nacional Constituyente y ante el rey de Francia que Navarra era un reino independiente, por lo que no tenían derecho para reformar la constitución de los navarros, sus fueros. Fue un discurso histórico, previo a una derrota, un texto relevante e ilustrativo, que los Estados Generales del Reino de Navarra ordenaron que se publicara, y que ahora recoge una nueva edición publicada por Txalaparta, donde el historiador Xabier Irujo, que lo ha analizado y traducido, subraya sus cargas de profundidad recordando que en este 2024 se cumplen 1.200 años desde la creación del Reino de Navarra, dividido en dos en el siglo XVI.  

Este libro nos lleva a un momento histórico clave, con un protagonista desconocido, Étienne Polverel, que hizo de portavoz de Navarra.

–A los inicios de la Revolución Francesa, a finales de la primavera y durante el verano de 1789. El rey Luis XVI llama a los Estados Generales que se convierten en Asamblea Constituyente, embrionaria de lo que sería después la república francesa, decide que hay que centralizar el Estado, y claro, Navarra protesta. Lo hace a través de Polverel, que era el síndico del reino, representante oficial. 

¿Por qué esa queja?

–Navarra protesta, y esta es la clave del libro, porque era un Estado independiente, y ningún rey tenía derecho a eliminar su independencia. A día de hoy se suele decir con cierta sorna que Navarra no era un Estado. Yo miro la definición en un diccionario y Navarra era todo eso al pie de la letra en 1600, desde que se creó en el 824 hasta que desapareció en 1789 el Estado navarro del norte, y en 1841, con la ley Paccionada, el Estado navarro del sur. 

¿Todavía en 1600?

–Algunos autores dicen que Navarra ya había perdido la independencia en el siglo XVI. ¿Qué Navarra dejó de ser un Estado independiente en 1512? ¿La del norte, que a partir de 1523 dejó de ser una conquista? No tiene sentido ese discurso. ¿Y si perdió la independencia por qué siguió emitiendo moneda propia hasta 1833? Los navarros no eran ni castellanos ni franceses, eran navarros. Tenían ciudadanía navarra, en aquel tiempo se le llamaba naturalidad, carta de naturaleza. 

Háblenos de Étienne Polverel.

–Lo más bonito es que dice que según los Estados Generales de Navarra, la función principal del reino era garantizar el bienestar y la felicidad de sus habitantes.

Eso parece moderno.

–Lo es, y por eso Polverel dice a la Asamblea, convocada en París, que quien se ha alzado en armas y protesta por tener un gobierno despótico ha sido el pueblo francés, y que el pueblo navarro estaba muy contento y aquí no había revolución, ni una catástrofe financiera como la que había en Francia. Polverel escribió lo que el Reino de Navarra le dijo que escribiese. Dicho de otro modo, su discurso era un documento oficial. 

A modo de portavoz.

–Era lo que el Reino de Navarra de aquel tiempo, pensaba sobre el Estado navarro. No es la opinión de una persona, sino la determinación de un Estado que quiere seguir siéndolo. 

Sorprende la figura del síndico. Polverel fue un abogado revolucionario contratado por los Estados Generales de Navarra.

–La figura del síndico se dio en las dos Navarras, la ley que rigió las dos era la misma.El fuero general permaneció en vigor, al menos sobre el papel, hasta 1841. El síndico era el representante de las Cortes del Reino. Hasta el siglo XV, prácticamente, las Cortes eran el organismo supremo. Es muy importante señalar que el rey de Castilla o el de Francia nunca lo fueron de Navarra. Luis XIV de Francia era Luis III de Navarra, y en Navarra reinó así, y se le consideraba rey de Navarra. A él se le pagaba un donativo no como rey de Francia, y lo mismo pasaba con los reyes de Castilla. Los navarros jamás pagaron impuestos ni en Francia ni en Castilla o España hasta 1789 en el norte y pasado 1841 en el sur. 

“Lo que defendió Étienne Polverel en París fue un documento oficial del Reino de Navarra, la determinación y voluntad de un Estado”

De la revolución francesa nos queda la imagen tremenda de la guillotina, y una cierta aureola romántica. Pero también la tentación jacobina, un problema para Navarra.

–Navarra era un Estado independiente y no quería dejar de serlo. No hay un solo caso en el mundo de un grupo humano que quiera dejar de ser un Estado independiente porque sí, en este caso porque lo decía una Asamblea en Versalles. Navarra llevaba mil años siendo un Estado independiente, no entendía este concepto de ser francés.

Polverel amenazó con que Navarra se declarase república independiente y se gobernase “a sí misma”. “Tiene derecho a hacerlo”, dijo.

–El pacto era que la misma persona era a la vez rey De Francia y rey de Navarra. Ahora, si ese rey o su gobierno francés se empeña en centralizar el Estado, el pacto se rompe, y Navarra tenía perfecto derecho a gobernarse como una república independiente, lo mismo que Francia. Pero no como parte de la república francesa, eso es lo que dice Polverel. Y claro, se enfrentan a la revolución, porque no lo veían justo.

Con una asimetría de fuerzas.

–Enorme. Hay gente que dice que Navarra no era reino independiente por esa asimetría de fuerzas. ¿Entonces Luxemburgo hoy día tampoco es un Estado independiente entonces? ¿O Mónaco, o el Vaticano o Suiza? Pero eso no hace que un Estado deje de ser independiente ni que una conquista deje de ser injusta política o legalmente. Navarra era un Estado pequeño, y de hecho en 1793, con la Guerra de la Convención, el gobierno revolucionario francés envió al ejército, que ocupó la Baja Navarra, Lapurdi y Zuberoa, todo Iparralde, y tomaron a 4.000 rehenes, en general civiles, casi todos mujeres, niños y ancianos y los trasladaron a las Landas, en un sendero de lágrimas como las del Oeste americano con los cherokee o tantos otros, algo que ha ocurrido en la historia de la humanidad muchas veces. De los rehenes del norte de Euskal Herria murieron la mitad. ¿Qué población tenía en aquel tiempo la Baja Navarra? Hoy día tiene 300.000, imagínese en 1789. Así que estamos hablando de una proporción de la población enorme, y en esa asimetría, Francia conquistó Navarra por la fuerza.

“Navarra dijo que no necesitaba una nueva constitución, porque ya tenía la suya, los fueros, y que sus leyes eran mejores”

Incluye una síntesis inicial del discurso de Polverel, un memorando que usted resume en 20 puntos. 

–Que a su vez se podrían resumir muy sintetizados en siete. Dijo que Navarra era un Estado independiente, y lo había sido durante mil años, desde la coronación de Eneko Aritza en el 824. Esto lo afirma desde el Estado del norte. Consideraban que la división del reino en 1523 fue injusta e ilegal. Así que Navarra es una nación junto al resto de los territorios vascos. Los navarros no son ni franceses ni castellanos, ni lo han sido nunca. Lo dice así. La lengua de los navarros es el euskera, al cual llama la ‘lengua del país’. Por cierto su libro se publica en francés y en euskera, por orden del Reino. Además recordó que la soberanía del Estado navarro residía en las Cortes y dijo que los navarros no necesitaban una nueva constitución porque ya teníam la suya, los fueros. Eso lo afirmó el Reino. Las Cortes de Navarra llamaron constitución a sus fueros. 

¿Y el último punto clave?

–El mejor a mi modo de ver, los navarros no necesitan nuevas leyes de París porque las suyas son mejores. ¿Quién tenía una revolución y estaba en bancarrota? Francia, no Navarra. Es un discurso político que ya me gustaría oír a mí a día de hoy, fue muy avanzado a su tiempo, y que muchos navarros de hoy debería leer porque creo que es una lección.