Rashid Mohamed Vázquez (Vigo, 1991), director General de Función Pública desde 2023, acaba de publicar un estudio con Aranzadi sobre la Seguridad Social y el sistema público de pensiones. Vázquez, hijo de un ceutí, es funcionario del Cuerpo Superior de Técnicos de la Seguridad Social, y ha trabajado durante 8 años en esta obra. Militante socialista, anima a “recuperar los consensos” labrados en su día en torno al Pacto de Toledo, y se muestra partidario de blindar como derecho en la Constitución la revalorización de las pensiones respecto al IPC.

¿Por qué este libro?

–El primero que escribí, de 2018, lo publiqué francamente preocupado por las reformas que implantó el PP en 2013. Ahora señalo que España puede ser un referente en cómo abordar los retos de la protección social en el siglo XXI. Creo que lo estamos haciendo muy bien, no tenemos nada que ver con el Gobierno de Meloni, que está recortando las rentas garantizadas y debilitando los ingresos del sistema, dando una miseria más a los trabajadores en las nóminas y a cambio quitándoles protección social. Podemos estar esperanzados, porque en España las reformas a partir de 2020 han desmontado la de 2013, y ahora el Ministerio de la navarra Elma Saiz está preparando una nueva reforma que recupera el espíritu del Pacto de Toledo. Lo extraño es lo sucedido en la última década. La reforma de 2013 rompía todos los consensos.

En 2013, con mayoría absoluta de Rajoy.

–También la tuvo Aznar, pero jamás hizo lo que el Gobierno de Rajoy. Las pensiones fueron víctimas de esta ruptura absoluta del consenso. Antes había habido unos mínimos, por ejemplo sobre la revalorización para mantener el poder adquisitivo. El PP de Aznar jamás los puso en entredicho. Había un pacto en una sociedad más cohesionada. La del 2013 fue la primera reforma que solo un partido, con mayoría absoluta, apoyó.

“El Ministerio de Inclusión y Seguridad Social está preparando una reforma en las pensiones recuperando el espíritu del Pacto de Toledo”

En un contexto de plena crisis, con un mandato social o mediático de la derecha de recortes neoliberales.

–Pero ese enfoque neoliberal ya estaba en los años noventa, de ir a soluciones privadas en vez de solidarias.

Bajo una realidad de envejecimiento de la población.

–A partir de la Gran Recesión se juntaron una preocupación europea muy neoliberal, y un cambio demográfico que se ha estabilizado. En los informes de la Comisión Europea, del INE y de la AIReF a partir de 2055 tras el desafío del Baby Boom accederá la Generación X y luego la Milenial. Si solo se saca una foto en un momento en que efectivamente hay tensiones demográficas puede llevar a conclusiones erróneas, pero el sistema de reparto es dinámico, no estático.

Nací en 1973. Tengo 51 años. ¿Cree que me jubilaré a los 67?

–Creo que lo decidirá usted.

Nos vamos a encontrar, más allá del poder adquisitivo, con muchas vidas laborales muy discontinuas.

–Es cierto, por eso la reforma de 2023 tiene en cuenta los últimos 29 años de la carrera de cotización excluyendo los dos últimos. Como consecuencia de la Gran Recesión gente que se quedó con 50 años en el paro no ha sido capaz de reengancharse. Con los sistemas previos esto perjudicaba mucho en la pensión. Con un sistema más contributivo se está resolviendo. Si recuperamos el Espíritu del Pacto de Toledo usted podrá jubilarse a la misma edad legal ahora establecida, y si quiere trabajar más, trabajará, y si no, no.

El imaginario existente casi da por descontado lo contrario.

–Y tendrá una pensión pública que se revalorizará. Según vaya envejeciendo no irá siendo más pobre, cosa que sí pasaba con la reforma de 2013, con la que en 30 años su pensión iba a subir un 8%, mientras la inflación en España en los últimos 30 años subió un 155%. Compáreme el poder adquisitivo cuando más se necesita. Si usted a lo mejor no puede jubilarse porque las pensiones sean muy exiguas tendrá que seguir trabajando. Ese es el camino que apuesto por eliminar y que en España sigamos a favor del modelo de protección social tradicional.

“Aznar jamás hizo lo que el Gobierno de Rajoy. Con Rajoy las pensiones fueron víctimas de una ruptura absoluta del consenso”

La opinión pública es volátil, dependiendo de la época.

–El Pacto de Toledo era sagrado y en 2013 eso se rompe. En España desde 2007 hasta creo que 2020 cayó 35 puntos la confianza en las instituciones. En otros países también está bajando.

No es un indicativo menor...

–Cuando se deja de creer en la capacidad del Estado para resolver mis problemas, es más fácil pasar al enfrentamiento y no pactar con el otro unos mínimos. En Navarra, con la tradición cristiana que hay, ¿qué cosa más cristiana hay que ayudar al otro? Es nuestra identidad hacerlo, tanto si eres progresista o no. Ahora desgraciadamente parece que ir contra lo público, contra el nosotros, contra la comunidad va a favor de los trabajadores. Eso no puede ser.

Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, abogaba por pagar los sueldos en bruto y que estos pagaran después al Estado.

–Si compras el discurso de que las pensiones públicas son insostenibles, y que estás pagando en costes salariales un 30% de lo que potencialmente podías ganar... Es muy difícil razonar apelando a la emoción del miedo. Si se debilita mi sistema público, aunque me den 20 euros más al mes en la nómina, a lo mejor me interesa no tener que hacerme un plan privado, que me va a costar mucho más y solo depende de mis circunstancias individuales de ahorro, mientras que el Estado siempre va a estar ahí. Es fundamental recuperar la confianza en lo público.

La cuestión tiene derivadas vitales, por ejemplo a la hora de casarse a determinadas edades.

–¿Para qué quiero un sistema de protección social sostenible pero que no protege? Un sistema de protección que no protege es como los alimentos basura que no alimentan, no cumple su función. Hay que modernizar cosas para que todo siga como lo conocemos. Por ejemplo en cuestiones de viudedad. Pongo en valor en el libro la reforma de 2007 del Gobierno de Zapatero que introdujo una nueva pensión de viudedad para parejas de hecho. Es muy importante adaptarnos a la realidad social. Las situaciones de necesidad pueden ir cambiando. Y el ordenamiento tiene que ir adaptándose. Creo que en general en las reformas de 2020, 2021 y 2023 se ha ido adaptando bastante bien a las demandas sociales.

“Un sistema de protección social que no protege es como los alimentos basura que no alimentan, no cumple su función”

El gasto en pensiones tiene un retorno en el consumo.

–Efectivamente, pero no solo. Es que las cuentas de la Seguridad Social ahora mismo están saneadas, y el Fondo de Reserva, que se vació en un 89% con la reforma del Gobierno de Rajoy, que tenía cerca de 67.000 millones de euros antes de Rajoy llegó a 2.000 millones de euros, que ahora se van a multiplicar por cuatro.

La OCDE estima que España cuenta con la hucha de las pensiones más pequeña y anima a estimular los fondos de pensiones para espolear su mercado de capitales.

–Es cierto. Con los baby boomers va haber un volumen estadísticamente anormalmente alto de pensionistas y en comparación un bajo volumen de trabajadores. En el Pacto de Toledo estaba todo previsto. En tres años que lleva la reforma en vigor no se puede revertir un déficit que multiplicó a un ritmo explosivo, un 3.600% entre 2012 y 2017. Y eso mientras se introducían cambios que recortaban el gasto, con reducciones de cotizaciones.

En conclusión, a su juicio...

–Esas medidas tomadas en su día atacaron la sostenibilidad del sistema, debilitaron la confianza de los ciudadanos en el sistema público. Es la pescadilla que se muerde la cola, como esa confianza estaba por los suelos, se podía vender mejor que acabáramos con un sistema público y nos fuéramos a otra cosa. El peligro es que si estamos embrutecidos enfrentándonos unos con otros no hay reflexiones que escuchar.

Dice que la reforma de 2013 fue un cambio de modelo.

–Con la ley que se aprobó entonces la pensión dependía de la esperanza de vida, de los ingresos y déficit del sistema... Con lo cual las pensiones ya no eran un derecho cierto. Las pensiones mínimas estarían en 400 euros frente a los 800 que tenemos ahora con las leyes actuales.

Es director de Función Pública, y ha mantenido una suerte de litigio con el Gobierno a la hora de calcular su salario, por un complemento anual.

–Me gustaría matizar que litigio con el Gobierno no hay ninguno, lo que hay es una desestimación de un recurso administrativo sobre un complemento funcionarial. Si no se está de acuerdo con esa resolución da pie a ir a la jurisdicción contencioso administrativa para, en su caso, aclarar cuál debe ser la interpretación de la norma. Mi sorpresa es que eso haya trascendido.

“Como la confianza de los ciudadanos en el sistema público estaba por los suelos se podía vender mejor que acabáramos con el sistema”

Llama la atención que no hubiera abordado su sueldo antes de tomar posesión del cargo.

–Lo pedí a las dos semanas. Lo primero que pregunté es por el proyecto. Y es un honor que el Partido Socialista, en el que milito desde los 18 años, contara conmigo. Es un honor y el factor determinante. La verdad es que no lo pregunté porque era conocedor del ordenamiento y pensaba que se iba a aplicar de una manera un complemento que reconoce la ley para los funcionarios de carrera en función de lo que venían percibiendo en su carrera profesional previa. Que se aplique de otra manera en una norma un poco oscura, porque es nueva que no tiene muchos precedentes, yo creo que no tiene trascendencia pública. Soy un empleado público más que puse un recurso de alzada como lo han puesto otras personas y otros altos cargos en su momento, no veo que sea noticia. En mi vida he ido contra el Gobierno. Al revés.

¿Hay posible conciliación? ¿Va a ir a la justicia a reclamar?

–Estoy todavía procesando el hecho de que una información retributiva de mi carrera profesional previa como funcionario, antes de ser cargo público, se haya publicado en la prensa, porque todo vale. Ese recurso de alzada, como cientos y miles que hay, están anonimizados, y el contenido no se publica porque maneja datos personales. Solo el mío ha salido, no sé si es porque molesta el trabajo que hago, o porque tengo algún funcionario o alguien a quien no le gusta esa información, pero no me voy a ir del Gobierno de Navarra, me reconozca el complemento o no. No estoy aquí por dinero, faltaría más. Ahora toda la ciudadanía sabe que antes ganaba más dinero. ¿Es relevante lo que yo ganaba antes de venir a la política?