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El Parlamento de Navarra blinda la resignificación de los Caídos y aleja la posibilidad del derribo

PSN, EH Bildu y Geroa Bai propician un cambio en la ley que dispone retirar los restos simbólicos que quedan, ocultar las pinturas de la cúpula y destinar el edificio únicamente a la denuncia del golpe de Estado de 1936

Fotos del pleno del Parlamento de Navarra (jueves 6 de marzo de 2025)Iñaki Porto

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El Parlamento de Navarra acaba de aprobar una ley que va a hacer cambios en el Monumento a los Caídos de Pamplona. Pero esos cambios no tienen nada que ver con el derribo del edificio, la opción por la que aboga el colectivo ciudadano Derribo Ya, sino con una transformación que en la práctica supondrá eliminar algunas leyendas que todavía quedan (como el Navarra a sus muertos en la cruzada esculpido en la fachada, tapado por lonas desde hace veinte años) y ocultar las pinturas del interior de la cúpula. 

Los votos de PSN, EH Bildu y Geroa Bai, que suponen la mayoría absoluta, han sacado adelante una reforma legislativa sobre la ley foral de víctimas del golpe militar de 1936 que ha traído cola desde hace meses. En la práctica, plasma en un texto legal el acuerdo que suscribieron esas tres fuerzas el pasado mes de noviembre, cuando el pacto a tres supuso tomar posición a favor de la resignificación y alejar la posibilidad del derribo. De inicio, el acuerdo entre PSN, EH Bildu y Geroa Bai provocó que Contigo Navarra saliera públicamente a denunciar que esto era una traición a los movimientos memorialistas que piden desde hace tiempo el derribo del edificio.

Desde entonces, este debate se ha enrarecido mucho. Ha sido un tema incómodo dentro de las fuerzas progresistas, sobre todo porque hay militantes de las tres fuerzas firmantes que sí que abogan por el derribo. Quizá por eso el debate se ha querido tramitar de forma meteórica: por la vía de urgencia, sin paso en comisión y por lo tanto sin apenas espacio para debatir enmiendas como las presentadas por los memorialistas, y que han sido rechazadas. 

La reforma legislativa es muy sencilla. Tras un punto de introducción, se dice que “los usos vinculados a este monumento solo podrán destinarse a dar a conocer los motivos y circunstancias en que se produjeron las graves violaciones de derechos humanos ocurridos en la guerra y en la dictadura así como a reflexionar y alertar a la sociedad sobre los riesgos y peligros de las nuevas formas de fascismo en cuanto que colisionan con la democracia, la diversidad y la justicia social, poniendo en valor la convivencia y el respeto a los derechos humanos”.

Y, en último lugar, la reforma, que entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el BON, “se deberán retirar aquellas partes simbólicas que supongan la exaltación de la victoria del régimen franquista y ocultar las pinturas del interior de la cúpula”.

"Una conservación crítica"

La parlamentaria del PSN Inma Jurío ha indicado que el objetivo de la proposición es "acabar con la situación en la que se encuentra un edificio que se construyó para la exaltación del régimen franquista y sobre el que prácticamente en 50 años de democracia no se ha realizado casi ninguna actuación que sea acorde con la realidad actual en la que vivimos y que se realice en favor de la memoria y de la dignidad de las víctimas". En contra del derribo, Jurío ha planteado que "eliminar toda la huella del pasado puede suponer perder una oportunidad para aprender de él y enseñar la historia" y ha afirmado que la resignificación planteada es "una conservación crítica que implica una pluralidad de intervenciones en el monumento dirigidas claramente a desautorizarlo".

UPN y el "liderazgo" de EH Bildu

El portavoz de UPN, Javier Esparza, ha señalado que esta proposición es "excluyente porque se hace sin buscar consensos y se hace sin participación, y porque pretende resignificar un edificio para un único uso, solo para ese uso, es decir, la memoria de las víctimas del franquismo, en lugar de buscar acompañar ese uso de otros usos que puedan dar una mayor apertura de este edificio al conjunto de los ciudadanos". Además, ha considerado "gravísimo que EH Bildu lidere esta iniciativa, es detestable, es denunciable". "EH Bildu no puede liderar la lucha contra el fascismo hasta que no deje de tener rasgos antidemocráticos y fascistas", ha asegurado.

"No hay una mayoría para el derribo"

Por parte de EH Bildu, Arantxa Izurdiaga ha destacado que la ley planteada por los tres grupos busca transformar el uso del monumento a los Caídos y "destinarlo a dar a conocer los motivos y circunstancias en que se produjeron las graves violaciones de derechos humanos ocurridos en la guerra y en la dictadura". Izurdiaga ha añadido, "desde el más profundo respeto a las asociaciones memorialistas", que "no hay una mayoría política suficiente que respalde la posibilidad del derribo", lo que, unido a las "dificultades jurídicas existentes", hacen "inviable la opción del derribo".

"Un acuerdo de mínimos"

Desde Geroa Bai, el parlamentario Mikel Asiain ha señalado que la proposición de ley foral pactada entre PSN, EH Bildu y Geroa Bai representa "un acuerdo de mínimos" que "posiblemente no nos convence a todos y todas como nos gustaría, pero lo cierto es que es positivo porque nos permite avanzar y alcanzar un cierto consenso social y político en torno a ese monumento franquista, cuya única finalidad fue ensalzar los valores fascistas y franquistas en sí mismo y que no aporta nada a Pamplona".

"Este debate no está en la calle"

El portavoz del PPN, Javier García, ha afirmado que "después de 50 años de la muerte de Franco, la existencia en el centro de Pamplona de un monumento levantado en 1942, en el que se han llevado a cabo diversas actuaciones a lo largo de los diferentes años para el borrado de la simbología franquista, no se encuentra entre los principales problemas del conjunto de los navarros". Así, ha asegurado que este debate "no está en la calle o en las preocupaciones de los ciudadanos navarros". Además, ha subrayado que EH Bildu "no está legitimado para dar ninguna lección de tolerancia".

"Escribimos una página oscura"

El parlamentario de Contigo-Zurekin Carlos Guzmán ha afirmado que este jueves "escribimos una de las páginas más oscuras de la historia reciente de este Parlamento".

Carlos Guzmán, en el pleno de este jueves.

"Sentimos mucho dolor, porque buena parte de los hombres y mujeres que formamos parte de esta coalición somos también familiares directos de víctimas del franquismo. No somos capaces de comprender cómo, existiendo una mayoría progresista en el Ayuntamiento de Pamplona, en este Parlamento y en el Congreso, se apuesta por perpetuar ese símbolo que únicamente se edificó para honrar a quien fusiló a nuestros bisabuelos y durante largos años torturó a nuestros abuelos", ha lamentado. Dirigiéndose a la presidenta María Chivite y a la vicepresidenta Ana Ollo, ha planteado si "no hay nadie lo suficientemente valiente" en el Gobierno para "escuchar" a las asociaciones memorialistas.

"Una pérdida de tiempo"

La portavoz de Vox, Maite Nosti, ha indicado que este debate es "una pérdida de tiempo" y ha considerado que "lo que tienen que hacer este Gobierno y sus socios es ocuparse de los problemas de los navarros actuales, que son la excesiva cantidad de impuestos y la vivienda, la sanidad y la seguridad". "Ocúpense de lo que realmente nos debemos ocupar, no de cosas pasadas que ya a nadie nos interesan", ha señalado.